Ser el número 1 no es para cualquiera
"Whiplash" es una excelente película que con mucha pericia nos ofrece una historia de relación turbulenta de mentoría entre en un joven baterista en busca de la gloria y un profesor del conservatorio dispuesto a llevar las cosas al extremo, tanto psicológica como físicamente, para que su alumno logre ser perfecto y él alanzar también la gloria como maestro.
La premisa es simple pero contundente. Estamos por presenciar hasta donde es capaz de llegar un persona por un sueño convertido en obsesión. Algo parecido nos había mostrado Aronofsky con su "Cisne Negro" y la obsesión patológica de Nina Sayers por ser la bailarina número uno de una prestigiosa compañía de ballet. Acá la acción se traslada a un importante conservatorio musical de los Estados Unidos en el cual conviven muchos talentos musicales, pero pocos realmente sobresalientes e históricos. Uno de estos últimos es un profesor llamado Terence Fletcher (JK Simmons), de polémicos métodos de enseñanza que incluyen violencia verbal, psicológica y hasta por momentos física. Por otro lado tenemos a Andrew Neimann (Miles Teller), un aspirante a genio de la percusión que está dispuesto a sacrificar casi todo con tal de llegar a la cima y ser recordado como un grande de la batería y el jazz. Toda el alma del fim está en la relación/duelo entre estos dos personajes, maestro y aprendiz, que con todas las diferencias del caso están igualmente obsesionados y averiados mentalmente en su búsqueda de la perfección musical.
El director Damien Chazelle hace un trabajo extraordinario imprimiéndole vértigo, intensidad, suspenso y mucho drama al relato. Miles Teller y JK Simmons nos regalan dos interpretaciones fabulosas e hipnóticas, sobre todo Simmons en el rol del carismático pero altamente nocivo Profesor Fletcher. Un tercer protagonista se hace presente; la increíble música compuesta por Justin Hurwitz, Hank Levy y el mismísimo JK Simmons. Si ya te gustaba el jazz, es una buena oportunidad para disfrutarlo durante todo el metraje y si no conocías demasiado, es aún mejor porque te hace interesarte en él.
Los momentos de tensión están muy bien logrados, sobre todo porque Chazelle comienza de manera mesurada y de a poco nos va llevando hacia la locura que quiere que vivenciemos junto a los protagonistas. Cuando sobre el final todo debería parecer una gran locura, ya nos ha atrapado con su relato y le seguimos la corriente. La avería psicológica ya forma parte de nosotros y queremos que por más nociva que resulte la relación, ambos lleguen a su destino, por más de que arruinen sus vidas en el proceso.
Pequeña gran película nominada a un Oscar como "Mejor Film" que, en mi opinión, debería ser fuerte candidata a ganarlo. Muy recomendable.