Una secuela que supera a la primera en diversión, inventiva, con la siempre bien recibida nostalgia por los videojuegos que marcaron a toda una generación, con la llegada de Internet vista por dentro, la historia de una amistad puesta a prueba, y algunos hallazgos que bien pueden ser el germen de una nueva película. (Ver el reportaje que le hicimos a uno de sus directores el famoso Rich Moore). Aquí Ralph y Venellope se enfrentan a un problema de hastío de parte de ella y un desastre de parte de él para contentarla, que hace que ambos aterricen en la novedad de la red informática. Y allí como un gigantesco parque de diversiones está mostradas y satirizadas todas las obsesiones de los usuarios, el consumo impulsivo, la necesidad de fama, la dependencia de la aprobación de los demás, adultos y millenials en un verdadero alarde imaginativo y creativo. Hay contenido realmente para todos, los nostálgicos, la generación que hace de Internet su medio natural, los grandes, los chicos. El trabajo de Rich Moore y Phil Jhonston, este último co-guionista junto a Pamela Ribon es impecable. Una reunión de talentos con la producción de John Lasseter, Jennifer Lee y Chris Spencer. Con un aire a “Zootopia”, con hallazgos geniales como la reunión de todas las princesas del mundo Disney que es magnífica, y un esqueleto emotivo, sobre las complejidades de la amistad, que apunta a la identificación que puede ser de un hermano mayor con una adolescente dispuesta a volar, o de un padre con un hijo, que atraviesa los fuegos creativos sin fin que proporciona la película. Y ni hablar si realmente el espectador se dedica a rastrear la versión subtitulada con grandes estrellas en las voces originales. La mejor diversión asegurada.