Es imposible decirlo porque nunca jamás vamos a poder contar nuevamente con el factor de la sorpresa, la novedad, el toque que le da originalidad, pero sacándolo de la ecuación y quedándonos con el contenido en sí mismo como elemento principal para su redefinición, podemos decir que “Wifi Ralph” es una de las pocas excepciones a la dudosa regla: “Segundas partes nunca fueron buenas”
Continuación de “Ralph, el demoledor” (Rich Moore, 2012), este estreno no solamente decide abandonar la estética que le dio origen (la de un viejo video juego de Arcade plano y unidimensional) es decir, cortar el cordón umbilical que le da anclaje en un lugar seguro; sino también apostar por la entrada consciente a la vida digital, o tal vez la digitalización de la vida.
Es más, en este aspecto se puede hablar de una ampliación de la temática planteada hace casi exactamente seis años. En aquella oportunidad, Ralph (voz de John C. Reilly, doblado por Mario Filio) renegaba de su condición de villano pues no se sentía aceptado por el hecho de serlo. Esa lógica no atravesaba el mensaje pues la impronta de la moraleja, en el contexto de un video juego pero aplicable a cualquier circunstancia, era la de aceptar que cada uno cumple un rol en un engranaje, y que cada rol potencia al otro dentro y fuera de cada ámbito. Las circunstancias lo mostraban como héroe al ayudar a Venellope (Sarah Silverman, doblada por Liliana Barba Meineck, reemplazando a María Antonieta de las Nieves - la Chilindrina en El Chavo del 8 -), una niña rebelde que se metía en problemas en otro videojuego.
Bien, pasado el tiempo cada uno ya ha aceptado el rol que le toca jugar y van cobrando vida cuando el dueño de la tienda, Mr Litwak (Ed O’Neil, doblado por Paco Mauri) abre su local para que los chicos sigan disfrutando del viejo entretenimiento. previo a la era de la Play Station. Pero Venellope se sigue quejando de lo rutinario de su cometido “Siempre la misma pista de carreras”. Su héroe invade ese videojuego y arma otra pista (de alguna manera “rompe” las reglas de la programación informática), lo cual deriva en la ruptura de una de las piezas en la vida real.
Ante la amenaza de tirar el juego a la basura por el elevado precio del repuesto, Ralph y la niña se meten, literalmente, en el mundo de internet para tratar de conseguirlo. Aquí, a los doce minutos de película, comienza el reinicio de toda la idea superadora de la original y que ahora está codirigida por Phil Johnston junto al ya mencionado Rich Moore.
No solamente por el planteo estético en donde “Internet” se presenta como una gran ciudad inabarcable (al estilo Tokio) de trafico de información, con los spam, Pop Ups, bugs, firewalls, cookies y caché como habituales e innumerables transeúntes, o sea todo aquello que hace que la web ande (bien o mal) transformado en personajes.
Ambos van en busca de sitios de internet en donde poder adquirir la pieza que necesitan, pero en este viaje en particular ella descubrirá, y aquí es donde la apuesta del guión sale bien, su lugar de pertenencia, su manera de entender y descubrir el mundo y,por supuesto, el equilibrio entre felicidad y tristeza a la hora de aceptar la ruptura de viejas estructuras para soltarlas a favor de los nuevos desafíos.
Lateralmente el guión juega saludablemente bien con esas presencias y menciones de sitios conocidos por todos, y mucho de eso es un gag en sí mismo, pero tal vez lo mejor de todo este conjunto de adornos graciosos sea la escena completa en la cual se juntan todas las princesas históricas de Disney, haciendo un ejercicio de necesario despojo de los antiguos paradigmas esquematizados que sometían a los personajes femeninos a “esperar por el príncipe azul”. Este momento de autoconsciencia es sencillamente hilarante y hasta podría ser un corto en sí mismo.
“WiFi Ralph” amplía su público al usar un lenguaje amable para referirse al mundo que retrata de manera tal que nadie se quede afuera. Será seguramente un éxito de taquilla y habrá que ver si no le hace sombra a la firme candidata al Oscar de este año, “Los Increíbles 2” pero, yendo más al grano, es una muy buena película animada para todos.