Hoy nos toca hablar de una de esas películas que son tan malas que terminan siendo divertidas y este es el caso de Winnie The Pooh: Sangre y Miel. El film es dirigido por Rhys Frake-Waterfield y protagonizado por Maria Taylor, Amber Doig-Thorne, Natasha Tosini y Nikolai Leon. Ustedes se preguntarán por qué se realizó esta locura, bueno, es simple, los derechos de autor del oso adicto a la miel caducaron en el año 2022 luego de 100 años perteneciendo a Disney, por ende, hoy en día es una figura de uso público. Es por eso que Rhys Frake-Waterfield tuvo la idea de realizar una película de terror con este entrañable personaje y sin necesidad de pagar nada de dinero por sus derechos.
Ahora bien, Winnie The Pooh: Sangre y Miel, narra la historia de los amigos del bosque, los cuales se desquician y pervierten cuando Christopher Robin los abandona para ir a la universidad. Años más tarde el muchacho regresa a ver a sus amigos, pero lo que encuentra son monstruos sedientos de sangre y venganza. Así de simple es la trama de Winnie The Pooh: Sangre y Miel y mucho más no necesita ya que estamos ante un slasher que cumple con uso y abuso de todos los clichés del género.
Al principio de esta reseña dije que es una mala película, pero divertida. No voy a engañarlos, la mayoría de los espectadores van a tildar a Winnie The Pooh: Sangre y Miel de bazofia, ojo, tienen razón, pero quienes disfruten del género probablemente se diviertan. ¿Qué tiene de malo Winnie The Pooh: Sangre y Miel? Para ser honesto casi todo. La historia es simple y carente de sentido, los personajes actúan de la forma más exagerada posible, el presupuesto es ínfimo y se nota en las locaciones y, los asesinos usan unas máscaras completamente notorias (es imposible que creamos que esos son animales humanoides en vez de dos tipos con máscara). Por último, el guion hace aguas por todos lados, por ejemplo, ¿dónde están los otros amigos del bosque? ¿por qué hay dos asesinos cuando deberían ser cuatro? Dicho esto, así y todo, Winnie The Pooh: Sangre y Miel fue un éxito de taquilla porque quintuplicó su presupuesto. Este es un film que se ve por puro morbo y eso es lo que termina siendo divertido. Hay que decir que las muertes cutres diviertes por lo malos que son algunos efectos prácticos.
Winnie The Pooh: Sangre y Miel es una mala película, pero que puede llegar a divertir a un selecto público que entienda y disfrute las convenciones del género y, esto es muy importante, acepte las inverosimilitudes planteadas. No es un film recomendable para gastar plata en el cine, pero sí para ver un domingo de lluvia con mate y torta fritas.