Aunque efectista la película es esperanzadora. Más si se trata de una filme basado en una historia real inspirada en la estrecha relación de un niño y un delfín. Es casi una remake de la vieja serie Flipper, de los años 60. Los protagonistas son, además del fiel amigo de los océanos, dos niños que se unen en un fin común: salvar un hospital marino. En un papel secundario pero fundamental Morgan Freedan, haciendo de un médico loco pero posibilitador. La película tiene momentos de fuerte dramatismo pero al mismo tiempo de gran expectativa, donde aparece la esperanza _ siempre a la manera americana_ donde el espectador podrá emocionarse con este vínculo tan especial de los hombres, los animales y la naturaleza.