El mutante ancestral.
Una tensa paz reina desde los últimos sucesos que tuvieron a los mutantes como protagonistas en la década del setenta. Es el año 1983, cada uno está en lo suyo en la lucha de sobrevivir día a día ocultándose del mundo que les teme; es entonces cuando un poderoso ser revive luego de siglos inconsciente tras ser sometido a un extraño ritual en el antiguo Egipto.
Se trata de un ancestral mutante, capaz de absorber el poder de otros y magnificarlo. Creído de ser un Dios, el brutal mutante se propone arrasar con el mundo para construir uno donde su palabra sea ley y el planeta su reino.
Mientras tanto, el Profesor Xavier (James McAvoy) se dedica a enseñar en su escuela para mutantes adonde llega un joven que ha comenzado a manifestar un poder un tanto peligroso: lanza destructivos rayos desde sus ojos. En el lugar, el joven conoce a Jean Grey (Sophie Turner) y a Henry "Beast" McCoy (Nicholas Hoult), quienes le ayudan en el proceso de asumir su nueva condición.
Lejos de todo esto, en Polonia, Magneto (Michael Fassbender) intenta llevar una nueva vida con mujer e hija. Pero ya se sabe que para él nunca se han dado bien las cosas, y pronto está inmerso en una nueva batalla y en el bando equivocado.
Esta nueva entrega de la adaptación de uno de los cómics más complejos creados por Stan Lee llega plagada de acción, violencia y nuevos personajes que debutan en la pantalla grande. Así vemos una lograda interpretación de Psylocke a cargo de Olivia Munn, que es un ejemplo de un casting bien hecho; además se presentan los orígenes de personajes conocidos como Cyclops y Storm, y hasta veremos cómo queda pelado el Profesor X entre otros detalles que los fanáticos agradecerán.
Bryan Singer sostiene el tono de los filmes anteriores y logra una de los mejores películas de una saga que, claramente, ha tenido su altas y bajas pero que en un todo resulta más que satisfactoria. Quédense hasta el final de los créditos.