X-Men: Apocalipsis son dos horas y media de entretenimiento y muchos, muchos efectos especiales.
Llega a los cines la tercera película de la nueva saga de X-Men. Apocalipsis es un mutante, que despierta después de milenios en la década del ochenta y tiene como propósito destruir la civilización y crear una nueva.
La peli arranca en Egipto, con un ritual de cambio de cuerpo. Esas escenas te transportan a esa época que estudiamos cuando éramos chicos e imaginábamos cómo sería ese lugar.
Tras ser traicionado durante la migración de cuerpo, Sabah Nur despierta en los 80’s en la misma ciudad. Allí comienza su búsqueda y reclutamiento para conseguir a cuatro discípulos que lo ayudarán a cumplir con su objetivo. Representando a los cuatro jinetes del Apocalipsis, se unen a él Storm, Psylocke, Angel y Magneto.
La trama transcurre en el enfrentamiento entre Apocalipsis, y su team contra los X-Men.
En la película tiene una pequeñísima participación Wolverine (Hugh Jackman). Además, visitamos la escuela de jóvenes con poderes especiales, liderada por Charles Xavier (James McAvoy), todo en una muy bien recreada década de los 80s.
La participación de Jennifer Lawrence es secundaria pero no deja de ser encantadora, de todas formas la veremos más de civil como Raven, más que como Mystique.
Lo bueno de este film es que si nunca viste una X-Men, no te quedás afuera porque si bien remite a historias anteriores, todo se entiende perfectamente. Los efectos especiales son abundantes, pero los vas a disfrutar, algunos están muy buenos y la película se te pasa volando.
Si te gustan los personajes de Marvel, comer pochoclo y calzarte los anteojos 3D, andá al cine porque con X-Men: Apocalipsis la vas a pasar genial.
Recomendación: quédate hasta el final porque luego de los títulos hay algo más.