X-Men: Apocalipsis

Crítica de Iván Gordín - Alta Peli

Luego de salvar el destino de la Tierra en Días del futuro pasado, los mutantes deben enfrentarse ante un villano con un poder de destrucción sin precedentes.

Bienvenido a los 80’s

Estamos en los albores de los años ochenta, la existencia de los mutantes es de público conocimiento debido a los eventos ocurridos diez años atrás y la humanidad mantiene una endeble relación pacífica con ellos. En este contexto, el Profesor Charles Xavier (James McAvoy) y su Escuela para Jóvenes con Talentos Especiales sigue siendo el símbolo de la comunión entre las dos especies mientras que otros referentes como Mystique (Jennifer Lawrence) y Magneto (Michael Fassbender) han optado por operar en la clandestinidad o directamente relegarse al exilio. El impacto de estos seres superpoderosos en la sociedad ha traído como consecuencias la creación de un culto religioso que ha despertado a su olvidado mesías: En Sabbah Nur (Oscar Isaac), el primer mutante de la historia y la personificación misma del Apocalpisis Una amenaza que sólo los X-men podrán confrontar.

A ver, cuando uno mira una película basada en una fuente literaria que conoce previamente, puede optar por brindar un análisis en su funcionamiento como adaptación de la obra original o como un producto cinematográfico que se vale del lenguaje del cine para generar su propia autonomía. Quien aquí escribe considera que la segunda opción es la más viable en un primer acercamiento a un film y que se posiciona en contra del típico argumento “pero en el comic…“. Hay que tomar en cuenta siempre que el cine tiene un lenguaje propio y diferente al comic, sería mejor tomar estas películas como “elseworlds” o universos alternativos que plantean una esencia propia. Y de alguna manera, eso es lo que ha pasado con los X-men desde que Bryan Singer los trajo a la pantalla grande allá en el inicio del milenio.

Singer, junto al guionista Simon Kinberg, supieron darle a personajes imaginativamente extravagantes – no es que tenga nada de malo – el realismo necesario para que puedan funcionar en un universo autocontenido y han demostrado numerosas veces que pueden brindar dosis equilibradas de espectáculo y desarrollo argumental. No obstante, las películas que han creado para esta franquicia anteriormente no carecen de desaciertos y X-Men: Apocalipsis es el mayor exponente de ello. Al ser el cuarto trabajo de esta dupla (tercer parte de la nueva trilogía) es cada vez más notorio el desgaste de sus artilugios y los errores obtienen mayor exposición

Una de adamantium y una de arena..
Lo primero que resalta cuando uno ve este film, es que la trama no tiene un protagonista claro. Ya no está Wolverine – por suerte – para ser el motor narrativo, y la historia se subdivide irregularmente entre el Profesor X, Mystique, Magneto, Cíclope y Jean Grey. Los últimos dos vuelven a la saga encarnizados por los postadolescentes Tye Sheridan, que otorga una labor satisfactoria y Sophie Turner, que vuelve a interpretar a Sansa Stark pero con poderes psíquicos y acento norteamericano. Del trío restante sólo se destacan James McAvoy y Michael Fassbender, actores con oficio y que brillan…cuando el guión se los permite. Con respecto a Jennifer Lawrence, hay que decir que hizo esta película sólo por compromiso, porque es llamativo el desgano de su actuación. Quitando de lado su pésima predisposición para llevar el maquillaje correspondiente a su personaje (por el cual le pagan millones) y su nula participación en las escenas de acción, la joven actriz se limita a balbucear diálogos horribles y a pararse inexpresivamente en un costado sin transmitir en ningún momento su supuesto rol de lider en los X-Men. Por lo tanto, en un metraje de 2 horas y media, tenemos cinco arcos principales que cierran apresuradamente en los últimos cinco minutos. Es una verdadera lástima, porque muchas de las ideas alrededor de estos protagonistas son muy buenas, sobre todo las que atañen a Magneto, Charles y a Cíclope.

Mención aparte para el antagonista del film. El tan polémico y discutido diseño símil Wishmaster/Power Ranger es el menor de sus problemas. Con un apodo como “Apocalipsis” se espera mínimo importantes niveles de vehemencia e intimidación pero hay muy poco de eso. Este ancestral mutante nunca termina de demostrar su aparente inconmesurable poder e incluso parece necesitar urgentemente las habilidades de otro personaje cuando al guión le parece conveniente. El desaprovechado En Sabbah Nur que interpreta el talentoso Oscar Isaac posee motivaciones incomprensibles y un plan maléfico completamente incoherente con sus acciones a lo largo del film. La única manera por la que sabemos que Apocalipsis es verdaderamente ominoso es porque el guión lo trata de recordar en los diálogos en cada aparición. Pero este problema no es exclusivo del villano, durante toda la cinta encontramos diálogos expositivos y redundantes que subestiman al espectador, o frases antojadizas para esconder información obvia que podría dinamitar la trama.

Sin embargo, el principal problema de este film no es la inmensa cantidad de subtramas irresolutos y la obviedad de las frases que vomitan los protagonistas, sino más bien la repetición de los mismos conflictos, situaciones, conceptos y resoluciones que pudimos observar una y otra vez en las primeras entradas de la saga. La tensión en la amistad Xavier – Magneto, la inseguridad de Mystique, los poderes de Jean, el rol de William Stryke. En fin, parece como si Singer y Kinberg trataran de hacer una remake de aquellas historias que trataron de borrar de la continuidad con Días del futuro pasado. Y no es que les salga mal, de hecho, las redimen bastante bien y son escenas espectaculares – especialmente en una pequeña aparición – pero hace ocho películas que venimos viendo lo mismo y ya no está la frescura que parecía asomar en esta nueva línea alternativa. Hasta Quicksilver, que se había destacado con una fabulosa escena en la última entrega, vuelve a hacer exactamente lo mismo, igual de divertido…pero idéntico. Ni siquiera se animan a curtir a los personajes nuevos, que con ya con tres películas y treinta años siguen sin explotar su potencial -siguen con el aspecto veinteañero -, es decir, ¡es una trilogía de precuelas!, ¿Cuánto tiempo vamos a esperar para ver a los X-Men convertidos en guerreros experimentados?.

No es que sean todas pálidas, es un largometraje que divierte y posee una gran cantidad de escenas de acción, algunas más logradas que otras (sobre todo en el aspecto referente al CGI, que por momentos es muy flojo) pero bien orquestadas en su mayoría. Si hay algo que destacarle algo a Singer en esta oportunidad, es que se la jugó con secuencias abstractas, surreales, menos “realistas” y más comiqueras, sobre todo aquellas que incluyen los talentos psíquicos de Jean y el Profesor.

Conclusión
X-Men: Apocalipsis es un film fallido en varios aspectos y que no engrosa el universo de mutantes que Singer supo construir y reformular. Pero que aún así se las ingenia para otorgar el suficiente espectáculo para redondear un buen entretenimiento digno de ver en el cine.