Nuevamente los X Men deben enfrentarse a cuestiones morales y existenciales sobre su forma y estructura y en “X-Men: Apocalipsis” (USA, 2016) todo se dirimirá en un contexto que, cuidadosamente estudiado y diseñado, posibilitará la explosión de imágenes y entretenimiento a la que el espectador ya está acostumbrado.
En este punto de la saga, con Bryan Singer una vez más en la dirección, el grupo de héroes deberá luchar con el ancestral Sabah Nur (Oscar Isaac), un centinela que vuelve para acechar no sólo a los mutantes sino también a todo el mundo.
La capacidad de destrucción que este ser puede generar es advertida por Xavier (James McAvoy), por lo que decidirá reagrupar a los X-Men, que luego de la última misión se encuentran perdidos por diversos lugares del mundo.
Mientras ese reordenamiento llega, Xavier no será el único encargado en reclutar adeptos, por lo que Sabah Nur también lo hará, sumando a su lado a figuras centrales que lo ayudarán a contrarrestar cualquier esfuerzo que los X-Men hagan por evitar que su siniestro plan de destruir la tierra (el apocalipsis al que hace mención el título), a partir de la supervivencia de los más fuertes, triunfe.
Con un arranque impactante y una secuencia de títulos inmersiva, en la que recorremos por varios momentos de la historia mundial, “X-Men: Apocalipsis”, quiere plantear su verosímil de película de género (superhéroes) pero además separarse del resto.
Singer una vez más busca que el filme evite los lugares comunes, complejizando la narración con varias historias en paralelo que intentan profundizar las características de varios personajes en diferentes lugares del mundo.
Luego de esa secuencia de títulos, la humanización que hace de los mutantes impacta por el nivel de realismo que le impregna. Así asistiremos a cómo cada personaje ha intentado seguir adelante, construir una familia, o simplemente continuar viviendo sin llamar la atención, o al menos intentarlo, para evitar ser detectado.
También el guión repara en cómo alguno de los mutantes descubren, casi sin querer, sus poderes, por lo que podremos ver cómo Ciclope/Scott Sumers, se da cuenta de su visión destructora, en una secuencia que no por su cuidada reconstrucción de época, deja de sorprender como un acabado ejercicio en sí mismo de dinámica y tensión narrativa.
El humor estará presente en la historia de la mano de la incorporación de Nightcrawler en la interpretación de Kodi Smit-McPhee, o en las participaciones de Evan Peters como Quicksilver, el veloz héroe que a fuerza de bromas termina logrando su cometido (la secuencia con “Sweet Dreams” de Eurithmics es antológica).
“X-Men: Apocalipsis” toma la esencia de la saga “Era de Apocalipsis”, pero desvía algunos puntos para evitar complejizar de por sí la abarrotada trama y por eso es que algunos de los X-Men como Wolwerine (Huhg Jackman) sólo tienen breves intervenciones, y el peso del relato recae en Mystique (Jennifer Lawrence) y Bestia (Nocholas Hoult).
Singer una vez más logra un producto digno, a la altura de los otros exponentes de la saga, pero que entretiene por momentos y que además gusta de enmarcar en los años ochenta la historia de los mutantes para darle una atmosfera diferente a las miles de historias de héroes que van ya en el año.