Resultaba difícil mantener el nivel de la última cinta X-MEN: PRIMERA GENERACIÓN, y sin embargo BRYAN SINGER logró equiparar este filme apelando a un elenco infinito pero sólido, a un guión entreverado pero entretenido, y un metraje plagado de acción, escenas intensas pero también momentos de reflexión y de ordenamiento de un Universo que tras tantas películas y subproductos se había tornado confuso.
Fiel al espíritu del comic original, resulta casi un homenaje a los personajes emblemáticos que han generado la mitología de X-MEN.
Sin dudas es la película de la franquicia más ambiciosa de todas, llena de ideas y de momentos de puro cine fantástico. Y como si fuera poco, no da respiro y mantiene al espectador atado a la butaca durante las dos horas de metraje.