Ya se sabe, están los buenos actores, los malos actores y Vin Diesel el héroe de acción, casi siempre rápido y furioso o como en este caso con su Xander Cage, donde como siempre en sus películas solo busca divertirse, lucir sorprendente en momentos de acción y derrochar simpatía. Aquí buscando nuevamente por el gobierno de Estados Unidos para recuperar un arma –la más poderosas del mundo- secuestrada por un grupo imbatible de atletas únicos. Para eso, más burlón que nunca, Xander reunirá a su equipo de excéntricos fieles seguidores que son los únicos que le dan confianza. Y después solo se trata de luchar, andar en moto, saltar por los techos de camiones y autos y muchas sorpresas más bien dosificadas. Xander desconfía del poder y cuando descubre que solo lo usaron se ríe del patriotismo y se asocia a los supuestos malos. Vin Diesel luce cómodo como un imbatible, por algo es uno de los productores de la película. Asociado con capitales chinos, con un elenco multicultural, no sea cuestión de perderse un ambicioso mercado, sabe que brinda diversión para los fanáticos de la acción y de su personalidad. No pretende nada mas y eso se agradece.