Vin Diesel vuelve con la secuela que nadie quería ver.
Quien alguna vez me haya escuchado o leído, sabrá que disfruto sin ningún tapujo del cine pochoclero y el clase B y me siento irremediablemente atraído a producciones a las cuales la gran mayoría le escaparía como a la lepra.
Dicho eso, el regreso de Vin Diesel como Xander Cage en “xXx: Reactivado” (“xXx: Return of Xander Cage”) es un verdadero desastre. No porque no contenga una obligatoria cuota de explosiones, piruetas, disparos y situaciones inverosímiles, sino porque en lugar de ofrecer una historia simple y predecible alrededor de la cual desarrollar esos elementos (o sea, lo que cualquiera esperaría), construye una fantasía de poder adolescente que parece haber sido escrita en la parte trasera de una servilleta durante una borrachera.
Después de despegar como Dominic Toretto en “Rápido y Furioso” (“The Fast and the Furious”, 2001), Diesel se estableció como un héroe de acción y tuvo su primer gran protagónico con “xXx” un año después. Pero como ya se le ha vuelto costumbre, abandonó ambas franquicias para probar vaya uno a saber qué cosa. Le tomó ocho años y varios fracasos volver a ponerse detrás del volante en “Rápidos y Furiosos” (“Fast and Furious”, 2009), y tardó 15 en tatuarse de nuevo para interpretar a Xander – eso sin contar la saga Riddick, que tuvo un parate de siete años entre la segunda y la tercera entrega.
Y como fue el caso de “Rápidos y Furiosos”, esta película es más un reboot de xXx que una secuela real, que presenta un nuevo equipo de gente cool, hábil y floja de inhibiciones, que debe recuperar un delirante aparato que puede penetrar cualquier sistema de seguridad y alguien está usando para hacer llover satélites en la cabeza de la gente (no pregunten).
A la cabeza del grupo de delincuentes cool se encuentra Xiang (Donnie Yen), secundado por Serena, Talon y Hawk (Deepika Padukone, Tony Jaa y Michael Bisping), todos verdaderas caricaturas de sí mismos – casi tanto como Adele, Nicks y Tennyson (Ruby Rose, Kris Wu y Rory McCann), el equipo de Xander.
El guionista Scott Frazier parece más preocupado por mostrar al protagonista como el tipo más copado y deseable del mundo que por contar una historia medianamente lógica.
¿Cuánto tarda un personaje en caer desde 70 metros de pie y sobrevivir? Tres minutos.
¿Cuánto tarda Xander en conquistar a la primera chica corta de ropa? Ocho minutos.
¿Cuánto tarda el director D.J. Caruso en ofrecernos un primerísimo primer plano de la parte baja de una bikini? Trece minutos.
¿Cuánto tarda Xander en involucrarse en una orgía con seis señoritas que quedan exhaustas después de disfrutar de su virilidad? Quince minutos.
¿Qué es lo primero que sucede cuando Xander llega a una fiesta? Una chica empieza a frotarle el trasero.
¿Cuántos personajes femeninos que Xander encuentra en la película pueden resistirse a sus encantos? Ninguno.
Machismo extremo y todos los lugares comunes de este tipo de películas dicen presentes en “xXx: Reactivado”. Y en medio de todo eso, el director parece más preocupado por mostrarnos primeros planos de chicas lindas con la boca medio abierta y mirada sugestiva, que por planear las escenas de acción como para que no sean un quilombo incomprensible.
Donnie Yen se saca las ganas de mostrar algo de lo que sabe, pero el pobre Tony Jaa se ve reducido a un salame de cresta rubia que se la pasa bailando (?) y hablando como si fuera un gangsta berreta. El resto de los personajes son inexistentes (de varios me enteré el nombre en los créditos) y no termino de entender por qué Toni Collette, una actriz brillante, se metería en esta bazofia – de Samuel L. Jackson ya sabemos qué esperar, pero Toni está para más.
Muchos dirán que soy pretenciosos y en realidad la película ofrece lo que prometía. Puede ser. Pero no necesariamente esas promesas eran buenas, y en ese sentido cumplió con creces. Hay formas de hacer acción descerebrada y entretenida, con personajes interesantes (masculinos y femeninos) que sean más que el vehículo de una frase (supuestamente) cool y un chiste sexual. Esta película no se esfuerza en lo absoluto por expandir una mitología u ofrecer entretenimiento sano, sino que es una concatenación de situaciones delirantes atadas con el hilo dental de las chicas que bailan de forma sugestiva en el fondo de todas las escenas. Es una película insultante.
El regreso de Xander Cage es el menor denominador común del cine de acción. Es la versión con explosiones de una de esas películas de los hermanos Wayans, que no se sostiene de ninguna manera, y que ni siquiera se puede tomar como algo malo de forma irónica. Cuando le sumamos una edición con cortes por demás que incluye perfiles de personaje a-la-Suicide Squad (con detalles como el Gamertag “Lady_boner”), y tenemos una ensalada que hay que dejar pasar sí o sí.