La historia sin fin
"¿Y ahora adónde vamos?" es una película polémica de la directora libanesa Nadine Labaki. Polémica por la temática que aborda, las tensiones entre musulmanes y cristianos en un pueblo del Líbano, pero por sobre todo, es polémica por la combinación de géneros que decidió elaborar para contar la historia. Comedia, Drama y Musical se entremezclan en un raro cóctel que cosechará amantes y detractores por montones. A simple vista, el mix de géneros no parece tan extraño, hemos visto trabajos del estilo como "La familia Savage" o la mismísima "Caramel" dirigida también por Labaki. El tema es que aquí la convivencia de los géneros se torna violenta, con cambios abruptos que pasan de una escena con humor a lo "Bridget Jones" a momentos de tensión y suma tristeza dignos de un film de Aronofsky, y de repente aparece una coreo cantada al estilo "8 Mujeres". El efecto positivo o negativo dependerá de cada una de las personas que tengan la oportunidad de verla. Personalmente creo que la cohesión ha sido un poco torpe y forzada, pero no por eso deja de ser una buena peli con algo importante para decir.
La trama se centra es un grupo de mujeres que se esfuerzan constantemente, a veces teniendo que sufrir mucho, para mantener la paz entre los hombres musulmanes y cristianos que habitan el pueblo. Tratan de proteger a sus esposos, hijos, nietos, hermanos, de la locura religiosa que los lleva a estar en constante batalla, una batalla que termina tomando de rehenes muchas veces a los más jóvenes, quienes sufren las consecuencias de una guerra que parece ser la historia sin fin.
Me resultó muy interesante, sobre todo porque la directora pone en pantalla la visión de las mujeres que deben lidiar día a día con este conflicto, como lo viven ellas. La cinta tiene algunos momentos realmente magistrales, algunos de comedia bien afilada y otros de drama desgarrador que pasean al espectador por una montaña rusa de sensaciones. El problema es que la montaña rusa no es para todos, algunos la disfrutan muchísimo, mientras que otros terminan mareados y con nauseas, sobre todo si los cambios de pendiente son tan abruptos como en "¿Y ahora adónde vamos?".