¿Y dónde está el fantasma?

Crítica de Alejandro Venturini - Alta Peli

Mingo y Aníbal contra los fantasmas

Bueno, la trama es similar a “Actividad Paranormal”: Malcolm (Marlon Wayans) y Kisha (Essence Atkins) se casan y deciden mudarse a la casa con la que siempre soñaron, pero descubren que no están solos. Con ellos habita una presencia energética que los acecha todo el tiempo y durante el desarrollo descubrimos que no es la casa en sí la que está embrujada sino Kisha que está poseída por espíritus. Por este motivo, Malcolm, decide llamar a todo aquel que pueda exorcizar ese ente de su lado (desde un sacerdote hasta un cazafantasmas), decidido a no dejar que el espíritu arruine la forma de vida que lleva junto a su mujer.

La senda del mal

Hay determinado momento de nuestras vidas en que optamos por sacarnos esa careta de cinéfilo experto. No perdemos más tiempo buscando la ópera prima de Wong Kar-Wai en algún videoclub under, dejamos de descargar películas difíciles de conseguir y empezamos a ver lo que realmente nos conmueve, nos divierte o entretiene. Bergman y Tarkovski son un dolor de cabeza y las películas en blanco y negro son inaguantables. Lo único que queremos es ver películas pésimas que no exijan de un espectador sesudo y así comenzamos esta senda del mal que nos lleva a films absolutamente vacíos e insostenibles en sí mismos. En este camino oscuro para el arte cinematográfico encontramos películas como la saga de “Scary Movie”, las películas de Olmedo y Porcel o incluso las de Extermineitors, pero la última presentada de este tipo es “¿Y dónde está el fantasma?”.

Sinceramente fui sin ninguna pretensión al cine a ver “¿Y dónde está el Fantasma?” pero por algún extraño fenómeno, la película logró defraudarme igual. Juro que intento rescatarla desde alguno de sus aspectos pero no puedo, la película tropieza en todos y termina siendo peor que el film que intenta satirizar, que en este caso es “Actividad Paranormal”. No es que deteste este tipo de cine porque cuando vi “Scary Movie” allá por el 2000 me reí mucho, quizás porque era muy joven o porque no había visto tantas películas, lo cierto es que la disfruté y eso es lo que cuenta. Sin embargo en “¿Y dónde está el fantasma?” el humor mutó y ahora es tan vulgar y obvio que sentia una vergüenza ajena infinita por quien la realizó.

Conclusión

“¿Y dónde está el Fantasma?” es una película que desagrada y aburre en su esfuerzo por hacer reír, aunque si siguen sacando films de este tipo es porque debe tener su público fiel y quien las disfruta, por ende si tienen ganas vayan al cine sino aguarden a que salga en dvd y se ahorran unos pesos.