Un abuelo perdido en la gran ciudad
El mal de Alzheimer llegó a la cinematografía internacional con historias que reflejaban el padecimiento de los enfermos y de su entorno familiar. El director español Antonio Mercero volvió a esta temática con un film sobre un matrimonio burgués, sus tres hijos y Ricardo, el abuelo de 80 años que padece ese mal. Para unas vacaciones en San Sebastián, internan al anciano en un geriátrico.
Allí deberá adaptarse a las reglas que le imponen su médico y su cuidadora y conocerá a Andrés, un hombre que todavía sueña con sus años juveniles. Ana, la nieta de Ricardo, dejará de lado sus estudios para dedicarse a atender a su abuelo, que desoye las órdenes del establecimiento. Un día decide ir a comprarle un obsequio a su nieta y se pierde.
El realizador intentó pintar un cuadro conmovedor en torno de los personajes centrales, pero cayó, a partir de un guión pergeñado con cierto aire antañoso, en el defecto de dejar de lado la pura emoción para insertarse en una historia que transita sin demasiada fuerza en torno al abuelo y su nieta. La muy buena labor de Manuel Alexandre es el punto más alto de esta producción, a lo que debe sumarse el sólido oficio de José Luis López Vázquez.
Con más pretensión que sinceridad, el realizador apenas logró algunos momentos de ternura, que no alcanzaron para que el film cumpliese con su misión de mostrar en todo su dolor la problemática de los enfermos de Alzheimer.