Un adolescente mexicano, devoto de la cumbia (cierto modo de la cumbia), de sus amigos, de su cultura, emigra amenazado por la violencia del narco. Por miedo se desarraiga en Nueva York, por miedo –y por amor– desea volver. Con una enorme precisión narrativa y alrededor de personajes complejos y humanos, Frías de la Parra logra un fresco muy vivo, lleno de ritmo, color y emociones, directo y moderno, sobre algo más grande que su contexto: la idea de pertenencia.