El anti fair play
No es para nada casual que el fútbol, lo que representa a nivel cultural y social, sea foco de estudio de diferentes ramas de las ciencias exactas como la sociología, la antropología o la psicología social por citar algunos ejemplos fácilmente reconocibles. Tampoco que implique como deporte algo más que una hazaña deportiva que va más allá de vencer a un rival por goles en un campo de juego.
Motivador de culturas y también unificador de grupos sociales diversos, hay hinchadas que comparten la rivalidad en los términos de la no violencia desde las tribunas, bajo los códigos de la tolerancia sin importar credos, color de piel o postura ideológica. En el mundo de la FIFA eso se traduce como Fair Play y es el supuesto compromiso de los jugadores al disputarse cualquier partido en una cancha, donde la estrategia, la táctica y la destreza física se contagian de la efervescencia de la pasión tribunera y eso es lo primero que se destaca en este documental de Fernando Romanazzo y Cristian Pirovano, ¡Yallah Yalla! que traducido del palestino al español significaría algo así como ¡Dale dale!.
Frases de aliento que desde los entrenadores de diversos equipos palestinos encuentran en la Franja de Gaza las contradicciones e inexplicables muestras de intolerancia por parte de los israelíes para desarrollar el deporte que les permita sobrevivir a una situación donde la ocupación territorial y el maltrato constante para pasar de un lado al otro ya no es excepción a la regla.
Hasta este lugar de conflictiva permanente, y resistencia pacífica por parte de los palestinos, llegaron los documentalistas argentinos para recoger testimonios vivientes de protagonistas que por el sólo hecho de ser palestinos y querer progresar en el fútbol profesional deben atravesar una suma de obstáculos que a veces los condena hasta la prisión sin causa y solamente por razones de seguridad de Estado, que amparan el brazo duro del régimen del Estado de Israel.
Las historias de vida coinciden en una lucha desigual, en someterse a ligas de fútbol árabes para desarrollar con muy escasos recursos el juego, la competencia y la proyección de algún que otro jugador que pueda escapar de ese asedio.
Un gol no es simplemente para estos jugadores sumar puntos en una tabla de posiciones; hacer un gol es un acto de absoluta rebeldía ante un sistema político que los sojuzga con la indiferencia de una comunidad internacional y un organismo como la FIFA, que a pesar de sus eslógans del Fair Play hace realmente muy poco por mejorar el futuro del fútbol de Palestina, su pasión deportiva y por sobre todas las cosas el trabajo de todos los días cuando se consigue una cancha a expensas de la suerte que puedan o no tener sus entrenadores, jugadores y todo un pueblo que no deja de vociferar cada vez que se mueve una pelota en el césped o en la tierra bajo un in crescendo que detona en ¡Yallah Yallah! y se hace abrazo en la esquina de un córner.