Volver al lugar del cine
Entre diciembre de 1966 y marzo de 1967 Nicolás Sarquís y un grupo de egresados de la Universidad Nacional del Litoral filmaron en el pueblo de San José del Rincón, en el norte santafesino, Palo y hueso, ópera prima coescrita con Raúl Beceyro y basada en el libro de Juan José Saer, que se convertiría con el tiempo en un clásico del cine argentino de los años ’60.
Casi medio siglo después, el hijo del director, Sebastián (que fue engendrado durante aquel rodaje), regresa a la zona para ver qué fue del lugar y de los personajes de aquella emblemática película y filmar unas historias inspiradas en otro cuento de Saer, El camino de la costa.
La idea era atractiva (desandar el camino del padre, homenajear a esos pioneros e indagar sobre las consecuencias del paso del tiempo con una estructura de cine dentro del cine), pero los recursos utilizados esta vez por el realizador de El mal del sauce no funcionan demasiado bien en este ensayo sobre los aspectos documentales que hay dentro de la ficción (y viceversa).
Salvo algunos pocos pasajes conmovedores (como el momento en que Héctor Da Rosa -que interpretó a Domingo en aquel film- y Juanita Martínez -que encarnó a Rosita- se reencuentran tras una proyección de Palo y hueso en el lugar), Yarará luce casi siempre demasiado forzada, calculada, artificial e inverosímil en su aspecto “documental” y poco inspirada en sus zonas ficcionales (por allí aparecen Juan Palomino, Omar Fanucchi y Rudy Chernicoff). Hay, sí, algunas bellas imágenes de ese pueblo costero y de la fuerte interacción con la naturaleza, pero esta vez las ideas originales que motorizaron el proyecto parecen bastante más interesantes que el resultado final.