Yesterday

Crítica de Nicolás Ponisio - Las 1001 Películas

"Yesterday", comedia romántica al compás de los Beatles.

La filmografía del cineasta británico Danny Boyle es de lo más variada, incluyendo una larga lista compuesta por grandes obras cinematográficas (Tumba al ras de la Tierra, Trainspotting, 127 horas) y otras fallidas que son un tropiezo más que un acierto en la carrera del director (La Playa, Slumdog Millionaire, Trainspotting 2). Yesterday, su último film hasta la fecha, llega para posicionarse en la segunda categoría. Basado en un guion de otro reconocido cineasta del Reino Unido como lo es Richard Curtis (Realmente amor, Una cuestión de tiempo) el film plantea una realidad en la que los Beatles jamás existieron. Así, lo que comienza como una interesante idea para un cortometraje, termina decayendo por un rápido agotamiento de su propuesta.

La historia sigue a Jack (Himesh Patel), un joven que intenta sin éxito ser descubierto como músico y que solo cuenta con el apoyo de su representante y amiga de toda la vida Ellie (Lily James). Luego de que todo el planeta sufriera un masivo corte eléctrico por tan solo unos segundos, haciendo queJack sea atropellado en la oscuridad de la noche, al volver en sí, el protagonista se dará cuenta de dos cosas: ha perdido dos dientes y los Beatles jamás existieron. De esta manera, a medida que comienza a ser más consciente de lo sucedido —otras bandas y productos como Oasis, la Coca-Cola, el cigarrillo o Harry Potter también desaparecieron— y al notar que solo él los recuerda, Jack decide cambiar su repertorio de canciones por el de los cuatro de Liverpool… o al menos las canciones que recuerda.

La trama gira en torno al proceso del protagonista en busca de lograr notoriedad por medio de las canciones más importantes de la historia de la música, un camino de fama y reconocimiento a nivel mundial que construye su ascenso tomando el crédito de lo que otros compusieron. Y si bien todo lo referido a la génesis del proceso funciona muy bien humorísticamente, acompañado por la rápida y enérgica edición con la que decide narrar Boyle algunos momentos, igual de rápido es que la historia no puede sostenerse por sí sola mucho tiempo en pantalla. Es así como la mirada se desvía del problema ético del protagonista para centrarse en los lugares típicos de las comedias románticas.

Es allí donde el film recae puramente en la relación entre Jack y Ellie con conflictos que impiden el acercamiento romántico y que poco tienen que ver con la fama y las grabaciones de la nueva vida de la estrella internacional en ascenso, ahora con su exigente nueva representante Debra (Kate McKinnon) y sus colaboraciones artísticas con el músico Ed Sheeran. Narrativamente ambos arcos se esfuerzan por ser unidos a través del encuentro entre Jack y un, aún vivo, y avejentado John Lennon (Robert Carlyle). Así, tiene lugar un diálogo que mantiene el protagonista con Lennon y que, además de resultar carente de sutilezas, opta por reflejar un mensaje bastante básico y naif acerca del valor del amor y la vida —claramente en esta realidad Lennon vive pero perdió su capacidad de inspiración.

La comicidad del film logra funcionar al comienzo y esporádicamente en otros pasajes de la trama. Esto, sumado al repertorio de los Beatles, hace que, dentro de su hundimiento, el film logre mantenerse a flote en su mayor parte. La música de la banda es universal, al igual que el apagón, e invita a cantar y a mover la cabeza a su ritmo sin importar que sea otro el elegido para interpretarla. Son temas como Let It Be, Eleanor Rigby, Hey Jude o el propio Yesterday del título los que transmiten una sensación de bienestar al ver el film, incluso cuando la historia en sí no logra cumplir del todo el mismo cometido. Danny Boyle no será el mismo gran director que alguna vez fue, pero al menos sin importar el tiempo o la realidad, la música de los Beatles sigue siendo la misma, lo que hace que las cosas se vean siempre un poco mejor de lo que son.