La principal virtud de un film como este, dirigido por Lucas Santa Ana sobre la novela de Zabo, es animarse a trabajar con tópicos como la salud mental en los jóvenes, la búsqueda de la identidad sexual, pero también hacerlo desde un lugar propio y no ajeno. El director, apoyándose en un gran elenco, puede traducir en imágenes la vida adolescente, conflictuada, dolorosa, de búsquedas y pérdidas, sin perder el objetivo de dirigirse directamente a sus potenciales espectadores.