La premisa de Yo antes de ti se adivina a los pocos minutos y tampoco habrá demasiados misterios respecto a lo que seguirá. Pero dentro de obviedad de su estructura -a lo que se agregan cursilerías varias, clichés de clases y algún golpe bajo-, la película de Thea Sharrock (basada en el libro homónimo de Jojo Moyes, también autor del guión) regala más de un momento entrañable y, contra lo que pueda esperarse, sus casi dos horas de duración no pesan en absoluto. ¿La responsable? Emilia Clarke, cuya gestualidad, carisma y fotogenia se imponen por sobre cualquier propuesta almibarada.