Un romance como Dios manda
Lo mejor de la película de Thea Sharrock es la soberbia actuación de Emilia Clarke, en una historia que toma el siempre difícil tema de la eutanasia.
Uno de esos romances imposibles que en la ficción son norma y que pocas veces reparan en ahorrarnos estereotipos. Sin embargo Yo antes de ti, la película de Thea Sharrock basada en el best seller homónimo de Jojo Moyes (ojo, el libro tiene secuela), encuentra en la forma, el tono y en el adorable protagónico de Emilia Clarke argumentos sólidos para jugarnos un desafío: el de volver interesante y emotivo un cuento conocido ¿y trivial? con armas tan transparentes como genuinas.
El filme puede situarse en el lote de relatos que juegan con ese cruce de tragedia, ironía y comicidad. Los protagonistas, Lou Clark (Clarke) y Will Traynor (Claflin), se cruzan en el pueblo en el que ambos crecieron, donde sufren crisis diferentes. Ella jamás salió de allí, y necesita recuperar un trabajo para mantener a su familia de clase baja; él, en cambio, un exitoso hombre de negocios, ha vuelto al pueblo tras un accidente que lo dejó cuadripléjico. Adivinaron, el trabajo de Lou será cuidar a Will, que hace rato decidió rendirse.
Ese vínculo es el corazón de la película, desdibuja incluso al de la eutanasia. De a poco va descubriendo la humanidad de estos personajes liberados, y tiene una batalla doble, hacernos cómplices de esa liberación por las casi dos horas que dura la película. La directora viene de dramatizar Enrique V en el teatro, sabe entretejer dinastía y la plebe. Pero su mejor recurso es jugar con cierta sobreactuación de Clarke, volverla explícita, mimetizar a la protagonista con el personaje al punto de que cada mirada suya a cámara actúe como invitación indeclinable para entrar en su mundo.
Un mundo puro en el que su transformación construye vínculos de confianza con el espectador, que puede llorar tranquilo por Will, por Lou, o por lo que estos personajes jalonen de sus propios amores.v