Melodrama romántico como los de antes, en plan Love Story, basada en el best seller del momento y ópera prima de una mujer, una película no apta para los que sufren intolerancia al dulce. Los demás, en cambio, encontrarán aquí unos personajes muy reales que crecen en una relación incómoda, a lo Bridget Jones. Él es un rico heredero que, después de un accidente, está en silla de ruedas sin ganas de vivir. Ella es la chica campanita que viste colores chillones, relegó estudios para ayudar a su familia y toma el trabajo de cuidarlo. Él es el lindo Sam Claflin, de Los juegos del hambre y a ella la interpreta la actriz de moda, la inglesa Emilia Clarke, que estacionó los dragones de Game of Thrones para hacer algunas películas como ésta. El final es polémico, y las lágrimas, placenteras como lo que vino antes.