"Adam y guerra"
Hablar bien de esta película y recomendar su visionado puede ser parecido a desarmar una bomba en menos de un minuto sin las herramientas necesarias. Pero de todas formas, vamos a intentar ganar esta batalla.
Stuart Beattie (guionista de “Piratas del Caribe”, “G.I. Joe”, “Colateral”, “30 días de oscuridad” y “Australia”) junto a Kevin Grevioux, (actor y guionista de “Inframundo” y escritor del cómic en el que se basa este film) decidieron unir fuerzas para sacar adelante una producción que tiene como protagonista a uno de los monstruos más emblemáticos de la historia del cine, solo que esta vez utilizándolo casi como un mero accesorio para posicionarlo en un escenario en el que nunca lo habíamos visto anteriormente: Una guerra entre gárgolas y demonios.
Por eso, de forma muy acertada, la película se saca rápidamente de encima a los fervientes defensores de la obra de Mary Shelley, rebautizando al monstruo creado por el Dr. Frankenstein con el nombre de Adam ni bien arranca el relato.
Si buscas muchas referencias a la obra de Shelley en “Yo, Frankenstein” estas más perdido que Tarzan en un concurso de modales.
Al igual que como pasara con la saga “Inframundo”, la idea de plantear una guerra entre dos bandos de criaturas milenarias y fantásticas deja en evidencia el público al que apuntan estas producciones y el único objetivo que persiguen: Entretener a los jóvenes y más chicos.
El único problema que le encuentro a estas películas vuelve a ser el mismo: Sus protagonistas, los cuales terminan molestando más que ayudando a la hora del desarrollo de la trama.
Si en “Underworld” la hermosa Kate Beckinsale vestida en un ajustado traje de cuero solo servía para distraernos de lo que verdaderamente queríamos ver (hombres lobos luchando contra vampiros), en “Yo, Frankenstein” el fornido y traumatizado monstruo interpretado por Aaron Eckhart es un mero accesorio que estorba y no nos deja disfrutar del verdadero show que brindan los grandes protagonistas del film: Las gárgolas.
Personajes históricamente alejados de la pantalla grande (vaya a saber uno por qué), las gárgolas tienen su revancha en esta película, ya que por lejos son el plato fuerte de la misma y se terminan convirtiendo en la verdadera y única razón por la cual no podes dejar pasar la oportunidad de ver “Yo, Frankenstein” en el cine.
La primera batalla grande entre los demonios (liderados por el siempre correcto Bill Nighy) que tiene lugar en una catedral y sus alrededores es simplemente impresionante y te deja con la mandíbula en piso gracias a la espectacularidad visual y el logradísimo y acertado trabajo que hicieron con el 3-D en esta secuencia.
Si estas entre los 7 y los 13 años, en esos 15 bestiales minutos la película te vuela la cabeza por completo y te atrapa hasta el final. En cambio, si sos más grande, “Yo, Frankenstein” te pega una piña en el pecho y te obliga a sacar tu niño interior para que disfrutes sin demasiadas pretensiones de un producto completamente pochoclero.
Queda en evidencia que lo que los realizadores a la hora de construir esta película decidieron explotar al máximo su presupuesto y los recursos técnicos para ofrecer un film fantástico épico, visualmente apabullante pero argumentalmente muy ajustado y chico.
La presencia de Eckhart, Nighy, Miranda Otto y Jay Courtney puede aparentar otra cosa, pero “Yo, Frankenstein” es una tremenda película de acción en la que todo lo bueno se reduce a las grandes escenas de lucha entre gárgolas y demonios que abundan en el film.
Tratar de pegarle por otro lado a este film y pedirle más de lo que se dispone a entregar es absurdo, ya que estamos ni más ni menos que frente al primer gran blockbuster cinematográfico de este año que vale la pena disfrutar en una sala de cine.