Directora de premiados cortos como Lo que haría, y Princesas, Natural Arpajou debuta en el largometraje con una historia basada en duras e intensas experiencias autobiográficas. Yo niña narra las desventuras de Armonía (Huenu Paz Paredes), una pequeña que vive con Pablo (Esteban Lamothe) y Julia (Andrea Carballo) en una precaria cabaña sin luz, gas ni agua corriente en un idílico paisaje de lagos, ríos y bosques en el sur.
Pablo y Julia abrazan una suerte de hippismo tardío y consideran que vivir fuera de la sociedad de consumo es una forma de descontaminación, aunque eso signifique -entre otras cosas- la falta de escolarización para Armonía. Los medios para la subsistencia no alcanzan y un descuido genera un incendio que los deja sin hogar. Tras una breve experiencia en la ciudad volverán a intentar una vida en contacto directo con la naturaleza, pero las carencias y las desatenciones se repetirán una y otra vez.
La narración pendula entre la descripción del mundo interior de la niña y las crecientes angustias de una madre alcohólica e incapaz.
Yo niña es un retrato sobre la soledad y la desprotección infantil narrado de forma descarnada. Tan visceral es que por momentos resulta una suerte de ajuste de cuentas no exento de rencor, una forma de exorcizar los demonios interiores. Incómoda, provocativa, un poco cruel, pero en varios pasajes fascinante.