Desde lejos, y desde el ya lejano comienzo de los 70, la gente hablaba más o menos admirada de "los hippies de El Bolsón". Sospechaba algo así como un sueño de libertad, labor creativa sin alienaciones, sexo libre, música progresiva, convivencia feliz apartada de la sociedad de consumo y la contaminación ambiental, en fin, la famosa era de Acuario hecha realidad en las cercanías del Lago Puelo. Pero una cosa es soñarlo, y otra es vivirlo.
Sin hacer exactamente una autobiografía,Natural Arpajou evoca aquí su propia infancia en esa ilusión, a través del personaje de una niña llamada Armonía, que disfruta de la naturaleza pero también requiere un servicio médico en caso de urgencia, está confusamente ideologizada por el supuesto padre ("¡Engranaje del sistema!", le grita al otro supuesto), sufre a la madre, desengañada pero todavía empecinada, y descubre como una revelación las milanesas que le prepara la tía cuando en algún momento deben bajar a la ciudad. También revelador, su paso por la escuela, donde la miran como bicho raro y debe usar un nombre menos bonito. "El otro nombre", era el título de rodaje, pero quedó "Yo niña", porque la película habla de eso, de la infancia, y la necesidad de estar bien con los padres aunque sean hippies y encima vegetarianos, porque de otro modo prefiere que la salve un plato volador.
Dicho sea de paso, también Arpajou recibió otro nombre, Aurora, cuando nació en Mar del Plata. Pero prefiere como la llamaban sus padres. Muy buena cortometrajista, este es su primer largo, y vale la pena. Muy buena también la pequeña protagonista, Huenu (Cielo) Paz Paredes.