Una oportunidad perdida. Ni siquiera el logrado trabajo de arte y vestuario hacen que la quinta película dirigida por Teresa Constantini pueda servir de homenaje para una de las figuras más relevantes de la escena nacional.
Al deambular en momentos seleccionados caprichosamente, y al intentar imponer una Tita Merello de Bronce, ni siquiera los esfuerzos de Mercedes Funes por parecerse a la cantante pueden lograr que esta soporífera película sea recibida con gratitud y benevolencia.