Si hablamos de Greg Berlanti, la primera asociación que hacemos del director, productor y guionista es con las series de televisión de superhéroes de DC como “Arrow”, “The Flash” o “Supergirl”. Pero también tiene una faceta que se encuentra en el otro extremo del género, las comedias románticas. En 2000 dirigió “The Broken Hearts Club: A Romantic Comedy”, sobre un grupo de chicos homosexuales que vive en West Holluwood, y en 2010 “Life as we know it”, film protagonizado por Katherine Heigl y Josh Duhamel.
En esta línea, Berlanti vuelve a encarar una comedia romántica mezclada con un coming of age en “Yo Soy Simon”, una película que se centra en la vida de este protagonista que está transitando sus últimos días de la secundaria. Es un chico convencional, con una familia conformada por sus padres y su hermana menor, y tiene un grupo de amigos muy tradicional. Pero esconde un secreto que comienza a salir a la luz cuando, anónimamente, alguien de la escuela revela en un blog que es gay. Simon lo contactará, provocando una apertura nunca antes experimentada, haciendo que sus días cambien para siempre.
Desde el primer momento podemos asegurar que con “Yo Soy Simon” estamos ante una hermosa adaptación del libro homónimo de Becky Albertalli (2015). Si bien aborda una temática tratada en varias oportunidades, se lo hace de una manera muy fresca y natural. Gran parte de este acierto tiene que ver con el guion, a cargo de los escritores de la serie “This Is Us”, un producto dramático muy efectivo que mezcla las desgracias humanas con una mirada a la belleza de la vida misma y a las oportunidades. En este caso se busca la misma forma de tratar la exploración de la sexualidad de Simon, porque aunque existan personajes que reaccionen de manera negativa a su identidad, la mayoría de ellos muestra una gran comprensión y afecto por su liberación. Un poco lo que pasa con la misma sociedad en la actualidad.
Asimismo, la película no cae en ningún momento en golpes bajos, sino que busca priorizar la comedia para abordar el argumento, sin dejar la seriedad del tema de lado. De todos modos, tenemos instantes emotivos, que vienen sobre todo de las acciones románticas y sentimentales de los personajes, sobresaliendo la ternura más que la tristeza. Además, se le agrega el ingrediente del misterio, ya que Simon está en la constante búsqueda de la identidad de su amor secreto, adhiriéndole un elemento de intriga más atractivo y atrapante a la historia.
Los papeles están muy bien definidos y desarrollados a lo largo de la trama. Nos encontramos con personajes que muestran una gran amplitud de matices, que van desde el protagonista hasta los roles secundarios. Nadie tiene la clave para hacer las cosas bien y las equivocaciones están a la orden del día.
En este sentido, hay que destacar también al gran elenco que interpreta a dichos personajes, con el liderazgo de Nick Robinson que nos presenta a un Simon perfecto, con una sensibilidad, ternura y bondad, pero que también por querer mantener un status quo se verá obligado a realizar acciones de las que no se sentirá orgulloso. Lo acompañan de una muy buena manera los tres amigos en los roles secundarios, aportando distintas personalidades e historias, incluso Katherine Langford contribuye con sus vivencias adquiridas en la serie “13 Reasons Why”, un coming of age igual de poderoso y efectivo. Lo mismo ocurre con los adultos, Jennifer Gardner, Josh Duhamel y Tony Hale, quienes brindan su experiencia al film entre tantos jóvenes que dan sus primeros pasos.
La música, la ambientación y la vestimenta generan el clima propicio para que se desarrolle la trama, priorizando los colores cálidos y el contexto de hogar y armonía. No observamos atmósferas hostiles dentro del film.
En síntesis, “Yo Soy Simon” representa un muy atinado coming of age, el cual aborda el despertar sexual y una constante búsqueda de identidad a partir de una manera fresca e inteligente. El film logra crear momentos divertidos y emotivos a partir de personajes profundos que generarán una rápida empatía con el espectador, pero que le darán los matices necesarios para brindarle una mayor veracidad y naturalidad al relato. Una historia que atrapa por su ternura y calidez, sus mensajes positivos y optimistas, y un elenco que sabe llevar adelante un guion preciso y sólido.