Yo soy Simón tiene la intención de abrirse de cara al mundo, de abrirse con los demás y sobre todo, con uno mismo y sentirse cómodo con quien uno es.
Basada en la novela titulada “Simon vs. the Homo Sapiens Agenda” de la escritora estadounidense Becky Albertalli, esta nueva coming of age nos envuelve en el mundo de Simón, un joven de 17 años que está por terminar la secundaria y con todo el mar de dudas que esto conlleva, se le suma el hecho de que es gay. Como es costumbre, lamentablemente, en todas las latitudes del globo, este hecho muchas veces produce un rechazo generalizado y margina a quienes confiesan sus sentimientos, quizás es por eso, que Simón, lo mantiene en secreto.
La película, protagonizada por Nick Robinson (Simon Spier) y un gran elenco de renombre como Josh Duhamel y Jennifer Garner, en el papel de sus padres Jack y Emily, nos introduce en el mundo de Simón, un joven al que no le falta nada. Con una familia amorosa y presente en todo momento, grandes amigos y una buena posición social, pareciera que Simón tiene todo lo que se “necesita” para ser feliz. Aún así, dentro suyo siente un gran vacío ya que guarda solo consigo mismo el secreto de que él es gay. Dentro de un mundo de prejuicios y bullying automático, él decide hacer todo el esfuerzo posible para que nadie se entere de su sexualidad hasta que se encuentra con un chantajista que descubre su secreto más preciado y el hará lo imposible para que nadie se entere, incluso, perder a sus seres mas queridos.
Cuando alguien se refiere a películas que deben hacerse y distribuirse de una manera fuerte y global, básicamente se refiere a producciones como esta. Yo soy Simón (Love, Simon), es una película que necesitaba hacerse. Por como se transmiten las emociones del protagonista, más de uno podrá verse reflejado en las desventuras de Simón. Grandes aciertos por parte del director Greg Barlanti hacen que esta dramática adolescente con tintes de comedia, no se torne aburrida y predecible, y desde un primer momento se puede sentir una empatía colosal con los personajes, sobre todo con el protagonista principal.
Dentro del elenco de notables mencionados, los que toman los roles más importantes, son los mas jóvenes. Obviamente Nick Robinson hace un papel fantástico en su interpretación, para aquellos que no hayan leído la novela en la que se basa este film, Nick es la viva imagen del Simón del libro. Su grupo de amigos entre los que se encuentran Leah Burke (Katherine Langford), Abby Suso (Alexandra Shipp) y Nick Eisner (Jorge Lendeborg Jr.) haciendo un trabajo genial por donde se los mire. Desdramatizando en los momentos justos con una dosis de humor necesario, no hay momentos en donde los chistes o gaggs queden mal. El resto de los personajes, “los de relleno”, también están muy bien y le dan un plus a la película en los momentos necesarios.
Uno de los puntos “flojos” si se quiere, es la resolución. En el camino que recorre la historia, se transmite una idea de inclusión y aceptación, sobre todo de uno mismo sin importar los que los demás piensen. Para este excelente y hermoso concepto original, da la sensación de que al fin y al cabo uno no puede hacer las cosas solo.
Películas como esta o como Lady Bird (2017), son necesarias para estos tiempos de cambio mundial. Con un mensaje claramente esperanzador de cara al futuro, Yo soy Simón tiene la intención de abrirse de cara al mundo, de abrirse con los demás y sobre todo, con uno mismo y sentirse cómodo con quien uno es.