Yo soy Tonya

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Epoca de Oscars, época de biopics. Nada mejor para meterse en los bolsillos a los miembros de la Academia que mostrar alguna situación histórica intensa, rica, patriótica y heroíca para copar los medios con su mensaje.
Pero no siempre es tan lineal la cuestión. Esas narraciones de vida, incluso a veces, van justamente en dirección contraria. Esto es lo que sucede con "I, Tonya", película dirigida por el talentoso Craig Gillespie (el australiano detrás de "The finest hours" y el hit "Lars and the real girl"), en la cual seremos testigo de la trastienda de una de los mayores escándalos periodísticos en relación a un hecho deportivo en la historia de USA.
Sí, bueno, lo de O.J.Simpson también fue grosso. Pero no.
Aquí la historia en cuestión nos presenta a Tonya Harding (Margot Robbie, en una actuación increíbe), patinadora profesional de infancia dura (llena de abusos, violencia), quien aspiraba a ser la estrella que representara a USA en los juegos olímpicos (de invierno) en Lillehammer (1994).
Sin embargo, en su camino, se topará con otra gran deportista de estilo distinto al suyo, Nancy Kerrigan (Caitlin Carver) quien luchará por el mismo privilegio.
"Yo Tonya" gira sobre la historia de vida de la patinadora y amplifica sobre el escándalo que le costó su carrera, pero eso (la interna) se los dejamos para que lo descubran en el relato completo.
Tonya es una mujer que se ha forjado desde un hogar humilde, y sus enormes problemas familiares, la han llevado a tomar malas decisiones en un momento bárbaro de su carrera. Robbie le pone el cuerpo a la atleta con fibra y decisión y hace una composición sólida e intensa cuyos matices no dejan de sorprender a este cronista. No la creía capaz de tanto. Mea culpa.
La relación con su madre, LaVona (Allison Janney quien ganara el Oscar el domingo pasado por este rol) y su marido Jeff (Sebastian Stan), son los puntales para una historia contada desde varias perspectivas, divertida, intensa y a la vez, muy dolorosa.
El guión de Steven Rogers peca quizás de dividir demasiado el contenido de cada evento, mostrando distintas perspectivas, en parte porque los relatos de cada personaje aportan una visión distinta, y no todos suenan verídicos (dicho sea de paso!). No es que yo pretendo que veamos una recreación de realidad exacta, pero todo ese universo coral, está bien, pero le quita en cierta manera unidad al relato.
Lo hace, sin dudas, más dinámico, pero a la vez,más confuso. "Yo Tonya" genera una mezcla de emociones raras. Asombra, por momentos. Pero no es la única emoción que genera. Hay mucho vértigo y energía en cada segmento y el film se disfruta mucho.
Sin dudas, una historia que atrapa, por lo visceral del conflicto deportivo, pero mucho más por la trayectoria familiar de Tonya, que es lo más sensible del relato. Muy buena.