Este es un film del cineasta australiano Craig Gillespie quien dirigió “Lars y la chica real” que se estrenó en nuestro país en el 2008, muy divertida, ingeniosa e interesante. En esta ocasión intenta contar parte de la vida de la patinadora retirada del patinaje artístico sobre hielo estadounidense; dos veces competidora olímpica y dos veces campeona en el Skate America, Tonya Harding.
Comienza mostrando parte de su niñez (4 años) y la relación con su madre, desde pequeña. La cámara sigue a cada uno de los personajes hablando a cámara, durante entrevistas y a través de distintas situaciones; por momentos tiene un toque de falso documental. Mezclando ficción y realidad.
Es terrible la relación entre Tonya (interpretada por la australiana Margot Robbie, de impresionante actuación, su preparación física, se luce en cada escena, en un papel diferente al que hizo en: “El lobo de Wall Street” o “Focus”, ella es estupenda) y su madre LaVona Fay Golden (Allison Janney, de gran interpretación, su postura, sus miradas y su actitud física. Recientemente ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto, muy merecido) una mujer exigente, brutal, cruel, se expone a todo, por momentos resulta hasta sádica, no se ve un ser delicado, ni tierno, sino rígida y en algunas entrevistas sale con un loro posado en su hombro, todo un símbolo. La joven Tonya a los 19 años se casa con Jeff Gillooly pero su relación no era mejor que con su madre. Una vida tormentosa.
Si uno se pone analizar un poco, es una historia bastante triste, el director logra mezclar la tragedia y la comedia, con ocurrentes toques de humor negro, tiene escenas intensas, con un buen montaje, ambientación, vestuario, con actuaciones muy destacadas, logra atrapar a los espectadores, conozcan o no la historia de esta famosa patinadora artística. Dentro de los créditos finales se incluyen escenas reales de la madre, del guardaespaldas, de su esposo y de la misma Tonya Harding.