Nati (Martina Krasinsky) es una chica que vive en un barrio humilde, quien, junto a su hermano Seba (Sebastián Chávez), reparten la comida que realiza su madre Mary (Leticia Brédice), pero este trabajo no logra saldar la deuda de su familia. Por lo tanto, los dos hermanos deciden unirse a una banda liderada por Yuca (Daniel Aráoz), quienes realizan diversos delitos en el barrio, de una manera demasiado agresiva. La rebeldía de Nati ocasionará conflictos en el grupo y el enojo del jefe, quien volcará su ira sobre la chica, la cual no se quedará con los brazos cruzados, no los perdonará y efectuará la venganza sobre ellos.
La representación de lo marginal se llevó a cabo en numerosas películas y series televisivas en nuestro país. Ninguna de ellas pueden evitar recaer en los estereotipos que se han conformado sobre este universo, a partir de maneras de hablar, moverse en el espacio, vestirse, actuar, etc. “¿Yo te gusto?” también lo hace, reflejando también la violencia como un suceso irremediable en los barrios humildes.
La película está protagonizada por Martina Krasinsky, quien, por primera vez, se encuentra ante esta responsabilidad de ser la actriz principal en un film y se logra desenvolver de una gran manera, especialmente en las escenas donde debe enfrentarse a actos sumamente violentos. Asimismo, está acompañada por reconocidos actores como Leticia Brédice, Marco Antonio Caponi y Daniel Aráoz.
El film es presentado como un “western urbano” y toma las características del género para transmitir este acto de venganza realizado por Nati, la protagonista, quien, ante el acto violento al que fue sometida, prepara su arma y mientras la música la acompaña y los planos detalle acentúan sus acciones, como un cowboy que, en lugar de calzarse su sombrero, se coloca su campera roja que será el elemento destacado de su vestimenta. Aquí no hay desierto, no se desenvuelve en el Oeste Americano, sino en un barrio de la Ciudad de Buenos Aires.
En resumen, “¿Yo te gusto?” es un film donde la violencia es la principal protagonista y las actuaciones están bien desarrolladas, pero caen en los estereotipos que se han formado en el imaginario de los realizadores audiovisuales, al igual que el carácter violento que nombramos previamente.