En el comienzo de Yo, traidor vemos a los Ferradas a punto de vender su empresa, “Buen Mar”. Máximo (Mariano Martínez) es el hermano menor del grupo familiar y quien guía las negociaciones, mientras que su padre (Jorge Marrale) y su hermano Darío (Sergio Surraco) son un poco arrastrados a una venta turbia. Para el benjamín de la familia, el acuerdo le permite explicitar su rechazo a la actividad pesquera, que dice odiar además de sentir que la empresa no es para él. El grupo comprador es una corporación estadounidense, que encuentra en Máximo un buen aliado para que la venta de la empresa se lleve a cabo rápidamente. El resultado de la operación tiene como beneficio que el protagonista recibe una cuantiosa parte de la venta, mientras su su padre se retira y su hermano mayor, con quien no se llevó nunca bien por razones que no vamos a revelar, básicamente lo expulsa del grupo familiar acusándolo de traidor. El enriquecido abogado se va a la Patagonia para cerrar el trato y allá empieza mostrar sus ambiciones, que como mínimo, parecen no tener techo.
Todo empieza cambiar para Máximo cuando en el Sur conoce a Covides (Arturo Puig), que es el hombre de la corporación en la zona. El operador maneja todo y rápidamente le ofrece al ex heredero de “Buen mar” ser el apoderado de la nueva empresa que manejará los temas de la actividad en la región y Máximo sube la apuesta explcitando su deseo de ser Secretario de Pesca.
Todo este comienzo tiene un buen desarrollo y Mariano Martínez se ve convincente en la piel del codicioso Máximo. El relato luego comienza a complejizarse, con la trama política del lugar y la aparición de la hija de un pescador que tiene un viejo barco con el que trabaja para las empresas de la zona, una mujer con la que el protagonista se siente inmediatamente atraído. Todos estos elementos sientan las bases de una historia que se encamina al desastre y el tono seco que maneja la puesta va desandando el camino hacia la tragedia.
Yo, traidor entonces, se asienta en la Parábola del hijo pródigo del Nuevo Testamento de la Biblia, así que lo que pudo ser una historia al estilo de la serie “Succession”, se vuelve una fábula moral. A favor de la película se encuentra el sólido elenco que rodea a Mariano Martínez, particularmente está muy creíble Arturo Puig encarnando a un hombre todopoderoso y algo demoníaco. Lo que juega en contra de esta nueva película de Rodrigo Fernández Engler (Soldado Argentino solo conocido por Dios, Cartas a Malvinas) es que en tiempos de relatos sobre el poder, en donde los potenciales espectadores ya están habituados a esa clase de historias y saben que para llegar a ciertas cumbres es necesario entregar el alma, por sí solas las parábolas bíblicas ya no son suficientes y hasta suenan ingenuas.
YO, TRAIDOR
Yo, traidor. Argentina, 2022.
Dirección: Rodrigo Fernández Engler. Guion: Rodrigo Fernández Engler y Mario Pedernera. Intérpretes: Mariano Martínez, Arturo Puig, Jorge Marrale, Osvaldo Santoro, Mercedes Lambre, Sergio Surraco y Francisco Cataldi. Fotografía: Diego Arroyo. Directora de arte: Carolina Vergara. Edición: Martín Sappia. Sonido: Hernán Conen. Duración: 105 minutos.