Luego de sufrir un terrible accidente automovilístico, Eveleigh se muda a un viejo viñedo con su marido, mientras entra en los últimos meses de embarazo. A medida que se acerca la fecha y conoce a la gente del lugar, su esposo se adentra más y más en el trabajo, mientras la joven Eve empieza a sufrir visiones de algo horrible que pasó en el lugar. Ahora Eveleigh deberá descifrar qué pasa y qué relación tiene con su embarazo.
Nueva película de terror, esta vez a cargo de Kevin Greutert, director de un par de entregas de SAW y la mediocre Jessabelle. Así que con estas referencias, ya podemos ir imaginándonos qué clase de film nos vamos a encontrar en el cine.
Mujer sola e indefensa, en un lugar aislado, con pareja y amigos que no le creen lo que ella ve. Sí, suena a mil veces visto y por desgracia lo es, ya que poco y nada tiene Yo Vi al Diablo como para destacarse en un género que parece no poder levantar la cabeza, y que en lo que va del año ya nos entregó un puñado de las peores películas del 2016.
Esta vez, por desgracia, ni siquiera algunos actores logran salvarse de la mediocridad general que presenta Yo Vi al Diablo. Algunas caras conocidas como Isla Fisher, Jim Parsons o Eva Longoria no pueden hacer demasiado, los dos primeros claramente incómodos fuera de la comedia, genero por el cual se mueven siempre y dan buenos resultados; la tercera, con escaso tiempo en pantalla como para poder construir un personaje destacable.
Quizás lo poco apreciable del film lo encontremos en el apartado visual. Tanto la iluminación como la fotografía en general logran darle cierto clima de suspenso, siendo esto aprovechado de forma inteligente por Kevin Greutert, quien pese a su discreta dirección, sabe sacarle partido a la mejor herramienta con la que contó.
Del resto de los apartados, pocas cosas destacables. Duele ver entonces cómo hace una semana tuvimos un film de terror tan sólido como La Bruja, y ahora volvemos a tener otra peli más del montón, de la que cuesta hacer un análisis,. No porque sea horriblemente mala, pero tampoco tiene demasiado que comentar.
Yo Vi al Diablo (Visions en su nombre original, y que tiene mucho más sentido tras ver la peli) seguramente le vaya bien en el cine porque maneja un suspenso con toques de terror bastante de manual, y es una película mucho más cómoda de ver que algunas buenas de terror que fueron estrenadas estas semanas. Pero como producto cinematográfico, al menos desde acá, le bajamos el pulgar.