Con diálogos de lastimosa ejecución y peor confección, esta película de género tiene poco en lo que apoyarse para un estreno exitoso.
En los últimos años se ha producido poco cine sobrenatural de terror que pueda considerarse excelente. Aún así, el público no pierde la esperanza y las entradas se siguen vendiendo, pero crear una historia que logre complacer a más que los que van a buscar sangre y tripas es difícil. Este punto medio entre excelente y mediocre es la especialidad de equipos como los de Oren Peli y James Wan, que van construyendo película a película el cine de terror de media gama actual. Compensan lo insípido de algunas de sus producciones con un bombardeo constante de secuelas y spin offs. Y funciona.
Eveleigh y su marido David decidieron vender todo, mudarse a un viñedo en California y reabrirlo para la producción de vinos. Luego de un accidente automovilístico que la dejó con PTSD, creen que este proyecto la ayudará en el difícil transcurso de su embarazo. Estando sola en la nueva casa, Eveleigh comienza a tener visiones y escuchar voces que indican que no puede estar más lejos de la relajación prometida.
Es común que estas películas tengan alguna que otra parte un poco perezosa en su realización, pero cuando esta parte es el guión, el cimiento, la obra está destinada a fallar. Fue escrita por L.D Goffigan y Lucas Sussman, cada uno con una película en su currículum aparte de esta.
La trama tiene buenos giros pero su premisa es bastante ridícula y las interacciones entre personajes dan la sensación de que los guionistas nunca escucharon gente conversando. El personaje de Isla Fisher es a veces muy tonto, a veces muy inteligente y nunca alguien con quien el público se pueda identificar. Su maquillaje y peinado es siempre perfecto a pesar de pasar por actividades y eventos físicamente demandantes durante toda la película; estos son detalles poco importantes en el gran marco de las cosas, pero colaboran con enajenar al espectador de la obra que está viendo.
Su director, Kevin Greutert, tiene una larga carrera en edición y corta en dirección, aunque entre ellas se encuentran dos entregas de El Juego Del Miedo (Saw, 2004). El productor, Jason Blum, también formó parte de la realización de muchas películas de terror de este estilo, como La Purga (The Purge, 2013) y Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007). También trabajó en la nominada al Oscar, Whiplash (2014). Nada de esto fue suficiente. Las actuaciones son flojas a pesar de que ninguno de los actores es novato, pero como el guión deja tanto que desear, sería injusto atribuirle a los actores solos el fracaso que es esta película. Será por esto que en EEUU sólo fue estrenada en DVD y Blu-Ray.