Una historia sencilla contada desde la mirada de una niña de unos 9 a 10 años resulta siempre atractiva porque no peca de infantiloide pero celebra con absoluta honestidad intelectual la ingenuidad y el universo infantil con una frescura poco frecuente. Ese es el caso de este mágico film de Hippolyte Girardot y Nobuhiro Suwa, que desarrolla con gran sensibilidad e inteligencia el conflicto de la separación de los padres desde el punto de vista de Yuki, una temperamental niña que intenta crecer como puede y entender el mundo de los adultos sin olvidarse de su tránsito de infancia hacia una etapa de madurez más compleja...