Paraíso de aves africanas
Esta vez le tocó el turno a África. Así como en “Río” encontrábamos una historia de pájaros brasileros, “Zambezia” nos presenta una sobre pájaros africanos. El lugar al que hace referencia el título es una ciudad creada por los pájaros para los pájaros, un sitio donde las aves pueden vivir seguras y felices, aisladas de los peligros.
Lejos de Zambezia, en pleno desierto africano viven un pequeño halcón llamado Kai con su sobreprotector padre, Tendai. La situación planteada es idéntica a la de “Buscando a Nemo”: la madre falleció atacada por un predador, y el padre teme que le ocurra algo a su hijo, por eso no lo deja salir de un territorio que él se ocupa de controlar. Accidentalmente un par de aves que van con rumbo a Zambezia pasa por su hogar, y, a pesar de la negativa de su padre, Kai decide seguirlas. El padre a su vez lo seguirá a él, descubriendo en el camino el plan de una malvada iguana gigante que quiere atacar la tierra de los pájaros.
La historia no es muy novedosa, y al principio el ritmo es demasiado lento para una película infantil, realmente aburre bastante. Una vez en Zambezia, con la aparición de otros personajes bastante más divertidos, sumados a la revelación de la verdadera historia de Kendai, la película toma un poco más de color.
La animación es correcta, aunque no se arriesga a innovar, y por eso se queda sólo en lo conocido. Cabe reconocer la interesante banda de sonido, que si bien incluye canciones cantadas en inglés, está compuesta fundamentalmente por música étnica y transmite el espíritu del continente africano de forma mágica.
Al margen de la historia, el filme aprovecha su lado de vehículo comunicacional para dejar varios mensajes, algunos ya vistos en otras películas. Hace hincapié muy fuertemente en el de la inclusión y no discriminación, tema que, considerando el lugar de origen de esta producción (Sudáfrica), tiene un valor más que significativo. Aparte de eso, una película infantil más, sin momentos destacables para niños ni adultos.