El director Petr Vaclav tiene en su haber un primer largometraje de ficción, “Marian” (1996), sobre un niño gitano sobreviviendo en la fría y hostil sociedad checa bajo el comunismo. Ahora continua la temática con “Zaneta” dando cuenta de su experiencia como realizador de documentales, evidente en la elección establecida a partir de la dureza estilística, en la exigencia estética y formal, y una representación que los nuevos directores denominan "más allá de lo real", intentando adherir lo creado con lo cotidiano, haciendo anclaje en la realidad a ultranza. Espacios reales, actores no profesionales, que dan lugar a que la cámara registre en los mismos hogares en que vive esa comunidad, en este caso, la gitana.
El filme fue galardonado con 7 premios en el Festival Karlovy Vary. En cuanto a idea y estructura, extrapolando la historia en si misma, se establece como una gran deudora de la maravilla cinematográfica de los hermanos Dardenne, “Rosetta” (1999). Convengamos que el título original tanto en Francia como en Republica Checa, ya que es una coproducción de ambos países, dista mucho del nombre de la protagonista, “Je m’en sortirai”, que se puede traducir como “Voy a salir adelante”, o en idioma checo “Cesta Ven”, que sería “Salida”.
La idea que quiere presentar el relato es esto exactamente. Zaneta y David son una joven pareja, pertenecientes ambos a la etnia romaní, padres de Janicka, su pequeña hija. Sus esfuerzos por vivir dignamente tropiezan con el ámbito social marcado por la exclusión, las limitaciones, y el racismo, de la que son víctimas.
Para reflejar tal situación el director recurre a escenas extraídas de las noticias emitidas por la televisión checa, con el grado de realismo que ese medio permite y que para la constitución del conflicto en el filme es suficiente.
Paralelamente hay un intento de mostrarnos la vida de ellos, por un lado las deudas y las miserables condiciones relacionadas con ese medio ambiente, su propio estilo de vida, y los valores tradicionales de su origen étnico
Por otro lado, la relación entre ellos se vuelve cada vez más tensa. David es un desempleado, intenta sostenerse a costa incluso de delinquir, mientras Zaneta procura valerse de su voluntad, capacidad y valor para encontrar una salida y alcanzar la tan ansiada estabilidad para ella y su familia.
Es a partir de esta distancia de criterios que el director elige seguir con la cámara el recorrido por el que transitara Zaneta en busca de un futuro promisorio. En ese transitar el filme comienza a ahorcarse en su propia red, termina siendo un guión bastante deshilachado, sin desarrollo del conflicto presentado en los primeros minutos, perdiendo la potencia que habría anticipado, y en la repetición de escenas sin el agregado de nada hace previsible y aburrido el resto del metraje hasta ese final inocuo, como si en algún momento debían finalizar el relato, y punto. Por todo ello es que da la sensación de que el filme termina denigrando al grupo de pertenencia de Zaneta por eso mismo que se denuncia.
Esta posibilidad de lectura está dada por la falta de rigurosidad en su forma y contenido, que concluye presentando a nuestra heroína como casi la excepción que confirma la regla, personaje más o personaje menos. Superando en peso e importancia esta cuestión, todos aquellos logros estéticos o de actuación que posee la realización, una buena mano para dirigir no actores, o una excelente selección de “portación de rostros”, que en algún punto hasta puede malinterpretarse como discriminador.