Dirigida por Francisco Paparella que también escribió el guión con Lautaro Gimenez Ini sobre un tema durísimo, una zona de la Patagonia donde los femicidios de jóvenes mujeres se multiplican. La mujer en el film tiene el rol de sobrevivientes dolientes de las chicas asesinadas o engrosan la estadística que brindan constantemente los noticieros del lugar y pueblan la conversaciones de este film protagonizados por hombres, aparentemente curtidos por una naturaleza extrema. Uno de ellos, el más nuevo, se transforma en el más obediente de los empleados, se interesa por las costumbres del lugar, se ofrece a realizar trabajos que no le piden y por fin toma el más duro compromiso en un refugio remoto. Ese hombre aparentemente manso oculta un secreto que solo conoceremos al final. Interesante manera de abordar un tema tan escalofriante como el asesinato de mujeres en una zona rural de naturaleza rigurosa y esa búsqueda del protagonista a una supuesta expiación. La belleza de paisajes inhóspitos con esos hombres que los habitan, sobrevivientes rudos, pasajeros de soledades e instintos sangrientos.
El sur argentino no es para hombres débiles. La constitución natural frente a lo agreste del terreno define. Ese es el escenario que propone Francisco Paparella para su ópera prima: "Zanjas", realización patagónica de gran recorrido festivalero desde su estreno en Londres allá por 2015 (estuvo en Corea, India, Vancouver, México, etc) que llega a la pantalla del Gaumont a partir de este jueves. Paparella será anfitrión de un relato duro, inspirado en algunos trazos temáticos sobre la novela "2666" del chileno Roberto Bolaño. En aquella joya de la literatura (2005), hay un capítulo (el cuarto) dedicado a los asesinatos de mujeres en una ciudad que resuena mucho a Juarez (México), donde la vida de las féminas, vale, nada. Dentro de esa línea y buscando el apoyo de un impactante escenario natural, el director nos presenta la historia de un hombre basdtante particular. Zamora (Diego Alonso), perfil de un sujeto silencioso pero inquieto, que busca redención en un paraje helado y en una comunidad cerrada, donde ser hombre es ser ciudadano de primera clase. La patagonia argentina se abre para albergar esta historia en la cual Zamora, llega a un poblado local para trabajar, sin mayores pretenciones, que la de hacer lo que debe hacer para enterrar un secreto que lo atormenta. Dentro de ese universo eminentemente masculino, nuestro protagonista será testigo de una complicada situación en el lugar: alguien está matando mujeres y las entierra en zanjas. Tenemos aquí un recorrido sobre la vida de un hombre en crisis. Diego Alonso provee una actuación convincente, rodeado de gente que no ha tenido experiencia actoral previa. Los impactantes escenarios naturales configuran un marco transparente para el tránsito de los sacrificados personajes. Diálogos simples, escuetos, miradas perdidas, frío. "Zanjas" es un producto hecho con muchísimo esfuerzo. Sabemos que Paparella trabajó con bajísimas temperaturas en el rodaje y que las condiciones en las que filmó, lo definen como un cineasta arriesgado que quiere contar historias, cercanas en espíritu a su hogar. El problema con el relato es que tiende de a ratos a parecer sin fuerza en los diálogos. Entiendo que estos hombres son de poco hablar, pero para que una trama se construya a los ojos del espectador, debe haber algo más que algunos intercambios cortos y de temas banales. Más allá de que se oculten algunas cosas, lo cierto es que no alcanza con los simbolismos presentados (el río, el puente, la montaña) para justificar los derroteros de los personajes. Alonso juega al pie de la letra su rol, pero me cuesta sostener la intensidad como público, luego de los primeros minutos. "Zanjas" es un film que parte de preceptos nobles, construído con mucho esfuerzo personal, pero que no deja el impacto esperado en la audiencia. Muy bien en la fotografía pero desparejo e irregular en cuanto a la progresión de la historia que cuenta. Más allá de eso , es alentador que haya cineastas que intenten trascender desde las historias que los atraviesan en su medio.
El debut en largometraje del realizador publicitario Francisco Paparella propone un viaje hacia la expiación de un hombre a partir del trabajo como posibilidad de limpiar culpas. No sabremos hasta el final el verdadero "secreto" de Zamora (un impecable Diego Alonso), pero ciertos indicios de noticias que se filtran como rumores dan cuenta de la urgencia de una temática que, ambientada en los paisajes de la Patagonia, terminan por consolidar una propuesta ajustada pero precisa.
La culpa y el perdón El lúgubre paisaje de la Patagonia Argentina es el escenario en el que Francisco Paparella decidió ambientar su ópera prima, un western sobre los pecados y expiaciones de un hombre preso de sus secretos. Zamora (Diego Alonso), es un empleado rural que guarda un secreto (desconocido para el espectador) y cuya culpa intenta purgar trabajando rudamente y en silencio, mientras que en paralelo una serie de femicidios pone en vilo a toda la región. Paparella se nutre para Zanjas (2016) no solo del paisaje como elemento decorativo sino que también lo aprovecha para trabajar sobre una serie de simbolismos y alegorías sobre la culpa y la redención: el agua como purificadora, el puente que arregla a diario nexo entre el bien y el mal, las montañas como símbolo de elevación que lo harán llegar al cielo y conseguir el perdón. Una serie de alegorías teñidas de religiosidad y mística que construyen el purgatorio en el que se encuentra el personaje. El punto de vista que maneja la trama es el del Zamora y dentro de esa lógica el fuera de campo es un determinante para entender la psicología del personaje. Todo el contexto solo se ve por el televisor que Zamora tiene prendido en su casa o aparece en charlas con los pocos compañeros que posee. Es en esos momentos donde la información aparece a cuentagotas para así entender que lo atormenta, aunque tratado desde la ambigüedad y generando más dudas que certezas. El novel director aprovecha al máximo el espacio paisajístico y esto hace que por momentos la película no consiga transmitir el clima de opresión del personaje pecando de abyecta. Pese a esto Zanjas no es un mal debut, tal vez peque de cierta pretenciosidad en lo estético contradiciéndose con las miserias que cuenta pero tampoco es tan grave.