Recuperando varios relatos clásicos de la infancia, Zapatos Rojos y los siete enanos (Red Shoes and the Seven Dwarfs, 2019), de Hong Sung-Ho, propone una fábula en donde la mirada sobre el cuerpo ajeno permiten recontextualizar, para los tiempos que corren, algunas malas enseñanzas que dejaron fábulas y cuentos para niños, las que, en vez de alentar a la particularidad de los individuos, multiplicaron estereotipos e ideas sobre cómo se debía ser. Princesas, caballeros, el deber ser, mandatos que comenzaron a circular en las páginas de una infinidad de propuestas y luego atravesaron todos los soportes, enseñando aquello que no se tenía que aprender, la mala educación, y perdiendo oportunidades de fortalecimiento en cuanto a características propias de cada uno de los lectores/espectadores.Blancanieves es víctima de una siniestra maniobra realizada por Maléfica, quien luego de conquistar al padre de la joven, terminó por desterrarla y, de alguna manera, también logró que el rey desapareciera del castillo. En medio de la desesperada búsqueda de su progenitor, se topará con siete enanos, que en realidad es un grupo denominado “Los 7 valientes”, que también por un extraño hechizo sólo podrán volver a su figura anterior mediante el beso del verdadero amor.Así, entre esos universos, melodías, humor y la incorporación de una mirada diferente sobre los cuentos infantiles, Zapatos Rojos y los siete enanos intenta, por momentos, contar la historia desde un lugar diferente, no lo logra todo el tiempo, pero es un buen inicio para revistar clásicos y hacer borrón y cuenta nueva.Así, una robusta Blancanieves, cambiará drásticamente su aspecto al colocarse unos zapatos que la transforman en la más bella mujer del reino. Maléfica, cuándo no, decidirá ponerle fin a ese liderazgo y ocultará el paradero del rey para así conquistar un espacio de poder para obligar a todos a hacerle caso. La joven, acompañada de los siete enanos, intentará devolver estabilidad al reino y además volver a ver a su padre, el único que siempre la quiso como era, más allá de su apariencia. Con un potente mensaje sobre el amor, el cuerpo y la mirada del otro, melodías alusivas y mucho humor, hay un acercamiento desde la comedia que la emparenta con Amor ciego(Shallow Hall, 2001), de los hermanos Farrelly, en donde el personaje de Jack Black, un mujeriego, machista descarado, se enamoraba perdidamente del rol que encarnaba Gwyneth Paltrow, una mujer que no condecía con los parámetros y cánones de belleza que él manejaba.Aquí hay algo de eso que devuelve el espejo, no profundamente, pero que intenta hablar de aquello que no es lo que realmente se ve, y que permite imaginar nuevas aventuras para Blancanieves, sus pequeños amigos y los caballeros, ávidos de un cambio que posibilite una infancia mucho más libre, alejada de la tiranía que los propios cuentos imponen.