Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis Zombie. Crítica de “Zombieland: Double Tap” de Ruben Fleischer.I
El éxito de la primer “Zombieland” fue tal que muchos la han llegado a catalogar como una película de culto dentro de género comedia de zombies. Si hacer una secuela de una película exitosa ya es un riesgo bastante difícil, mucho más lo es cuando se trata de un clásico. Afortunadamente la película es tan buena como la original y, aunque la espera ha sido larga, la reunión de Columbus, Tallahassee, Wichita y Little Rock, llega en el momento adecuado y los resultados son satisfactorios. Por Bruno Calabrese.
Diez años después de la primera película, “Zombieland: Double Tap” encuentra al cuarteto original viviendo en la Casa Blanca. Todos están más grandes, y las relaciones cambiaron. Columbus (Jessie Eisenberg) vive un noviazgo-matrimonio con Wichita (Emma Stone) y Tallahassee (Woody Harrelson) una especie de paternidad con la ya adolescente mayor Little Rock (Abigail Breslin), pero el cambio está a la vuelta de la esquina. Columbus y Tallahassee se encuentran abandonados cuando Wichita y Little Rock deciden repentinamente escaparse, para experimentar nuevas experiencias. Los chicos se topan con Madison, interpretada por Zoey Deutch, en un centro comercial, y la pareja rápidamente se convierte en un trío, algo de lo que Tallahassee no está exactamente encantado. No mucho tiempo después, Wichita está de vuelta. Ella les dice a los muchachos que Little Rock la ha abandonado, que ha conocido a un hippie llamado Berkeley, interpretado por Avan Jogia, y se dirigen a una nueva área, supuestamente segura y libre de zombis. También hay una nueva raza de zombies que ha evolucionado para ser más fuerte y más rápida que las originales. Entonces, los cuatro están en el camino nuevamente tratando de rescatar a la pareja. Naturalmente, las cosas no saldrán como esperaba y todo se complicará.
Una vez más, el elenco original funciona a la perfección. Cada uno de ellos cumple su rol y la química entre ellos resulta sumamente entretenida, pero la novedad es la acertada incorporación de Zoey Deutch. Su actuación como Madison vale la pena el precio de la entrada por sí solo. Interpretando a un personaje que en un principio parece que va a ser increíblemente molesto y termina siendo irresistiblemente genial. Es el rendimiento de Deutch lo que despierta las mejores escenas de risa de la película. La química que logra con el elenco original es perfecta, lo que potencia el humor con respecto a la primera. También se unen al elenco Rosario Dawson, Luke Wilson y Thomas Middleditch, quienes aportan algo a la mezcla como los respectivos dobles de Wichita, Tallahassee y Columbus, incluido un agradable giro.
Referencias a otras películas de zombies hay muchisimas y muy divertidas. El comic de “The Walking Dead”, con opinión de Columnus incluida, la famosa torre del clásico “Land of the Dead” de George A. Romero, con la diferencia que aquella se encontraba habitada ricos, esta es habitada por los hippies que la llaman Torre de Babylon. El fantasma de Elvis Presley vueve a estar presente en toda la película (el plano secuencia en el hotel-museo de Elvis, de Columbus y Tallahassee peleando contra dos zombies es maravilloso), así como clásicos del rockanroll como “Free bird” de Lynyrd Skynyrd. Sumado a la enérgica “Master of Puppets” de Metallica que suena en los créditos (en la original sonaba “From Whom To Bell Tolls” de la mítica banda trash metal) y algunas canciones de Bob Dylan y Bob Marley componen la banda sonora ideal.
“Zombieland: Double Tap” es una secuela más que digna y pieza complementaria de la película original. Un film que nos hizo dar cuenta de lo mucho que extrañábamos a este cuarteto, cuya química está intacta; que los diez años, una carrera de éxitos (con nominaciones al Óscar incluidas) no les pesaron a la hora de dejar los egos de lado para volver a juntarse. Una película cuyo acto final ofrece, al igual que la primera, otra batalla de zombis que impresiona por su originalidad. Con una cuota de humor nueva y fresca, gracias al aporte de Zoey Deutch y su personaje, Madison. Un film que, si bien no logra el estatus clásico por derecho propio, le hace justicia a la película original.
PD: Hay una genial escena post-crédito que está conectada con la película original divertidísima.
Puntaje: 80/100.