Una secuela que supera a la original
En esta secuela y empleando el característico sentido del humor del que hizo gala Zombieland, el grupo de protagonistas tendrá que viajar desde la Casa Blanca hasta el corazón de los Estados Unidos, sobreviviendo a nuevas clases de muertos vivientes que han evolucionado desde lo sucedido hace algunos años, así como a algunos supervivientes humanos rezagados. Pero, por encima de todo, tendrán que tratar de soportar los inconvenientes de convivir entre ellos.
Tras un tiempo sin ver al equipo, no sólo ellos han madurado y evolucionado, sino que los zombies también han evolucionado y veremos cuatro tipos: el primero de ellos es el “Homer” Este zombi tiene sobrepeso, es lento y tiene la inteligencia de una piedra, lo que le lleva normalmente a morir de una forma horrible. Los Homers sólo buscan sangre y no les importa su propia vida, es un zombi estúpido vamos; en segundo lugar tenemos a los “Hawking” que es el zombi pensante. El nombre está basado en Steven Hawkings, estos zombis han evolucionado y son los más listos y con más recursos. Desde usar ojos humanos para escáneres de retina o directamente siendo más listo que tú, los Hawkings te ganarán al Scrabble, diseñarán una app que te robe todo el dinero y después te cenarán. En tercer lugar, tenemos al “Ninja” Este zombi de incógnito aparece de la nada. Tiene grandes reflejos, los Ninjas son ligeros y rápidos, los velocistas olímpicos y gimnastas del reino zombi y por último tenemos al cuarto tipo conocido como “T800” estos tipos son terroríficos, implacablemente destructivos, y resistentes al Mata y Remata. Son muy duros de matar y siguen levantándose, lo que los hace no sólo duros de matar, sino complicados de anticiparte a ellos.
Esta secuela es una película que demuestra el dicho “Para qué cambiar lo que funciona” y aunque hay momentos dentro del filme que recuerdan mucho a la primera entrega, hay que destacar las grandes dosis de humor que nos ofrece esta nueva entrega de Zombieland, a parte de las nuevas incorporaciones que más tarde comentaremos, pero que también están geniales sobre todo una de ellas.
Mientras que la primera película se centraba en cuatro solitarios en la carretera a través de un apocalipsis zombi, que les acabaría convirtiendo en una improvisada familia, la segunda se centra en mantener a esa familia junta. Al igual que la primera película, los guionistas y el director nos presentan un mundo terrorífico y destornillante.
Lo más importante para que una secuela funcione es que sus protagonistas a parte de madurar y evolucionar se hayan convertido en una familia en la que -pase lo que pase- siempre estarán juntos, éste es uno de los aspectos que hacen que la película funcione porque la química es la misma tanto en pantalla como en la vida real. Además, también podemos ver cómo el miembro más pequeño del grupo abandona el nido para emprender su propio viaje, pese a que se da cuenta de que no es lo mismo sin su familia y los necesita, aunque ella misma crea que puede avanzar sola y hace que el espectador empatice mucho con su decisión.
Por otro lado, también hay que destacar que la forma de matar a los zombies es mucho más sofisticada y salvaje que su antecesora consiguiendo muchas más risas, demostrando además que tienen que ser mucho más letales para poder sobrevivir y siempre haciendo caso a la #Regla Nº2: MATA Y REMATA.
Podemos decir que las dos películas de Zombieland son una guía improvisada o manual de supervivencia ante un posible apocalipsis zombie, que porqué no podría ocurrir y entonces qué mejor que este tipo de cintas para ayudarnos a prepararnos para el futuro.
Con el director Ruben Fleischer, los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick consiguieron que con “Bienvenidos a Zombieland” la película se convirtiera en un éxito de crítica y de taquilla con un género nuevo denominado “Zomedia”, es decir, mezclar zombies y comedia. Ahora, una década después vuelven para seguir mostrándonos cómo hay que matar a los zombies, aunque la evolución de los personajes y de los zombies es más que considerable.
Uno de los mejores momentos de la cinta son los dos homenajes que los guionistas han metido dentro de la película consiguiéndose burlarse de la primera entrega a través de unos personajes calcados a Columbus y Tallahassee, y de una de las series de zombies más importantes de la televisión como “The Walking Dead”.
A nivel interpretativo tenemos que destacar de primera mano a los cuatro protagonistas que están increíbles y hay que dividirlos en dos partes: primeo tenemos a Columbus y Wichita, se han hecho pareja en el dormitorio Lincoln, pero mientras Columbus está preparado para dar el siguiente paso, Wichita es una solitaria de corazón y duda sobre su vida doméstica. Por otro lado, tenemos a Tallahassee, mientras se ha convertido en un miembro de la familia a regañadientes y en la figura paterna de Little Rock, quien se ha convertido en una joven mujer. Estando en plena adolescencia, Little Rock ansía conocer a gente de su edad y quiere volar del nido y empezar a vivir su vida.
Los que dicen que las segundas partes no son buenas, con Zombieland 2 no se cumple porque es mejor que su antecesora, aunque con la exitosa esencia de la saga, añadiendo algunos aspectos más a la trama como la familia, el romance o más acción, consiguiendo risas aseguradas de principio a fin. También hay que destacar que la sangre, las explosiones o la pirotecnia están muy bien.
En definitiva, Zombieland 2 es una secuela de lo más digna, mucho más divertida que su antecesora, pero aunque la esencia de la saga siga latente es bastante mejor que Zombieland porque vemos la evolución no sólo de los zombies, sino también de la familia formada por los cuatro protagonistas y con unas nuevas incorporaciones que dan muchas risas y grandes momentos.