El tema de los muertos-vivos es casi un género propio y, diez años atrás, Zombieland fue una de las que mejor supo emplear sus recursos para transformarla en una de las comedias más icónicas de la primera década de este milenio.
Como nos tienen acostumbrados estos tiempos que corren, era claro que no tardaría en llegar la secuela de esta cinta. Y por fin arribó, con el mismo director y protagonistas de la primera. Sin mucha ssorpresas ni tan fresca como su antecesora, Zombieland: Tiro de gracia funciona como lo que pretende ser: una comedia algo tonta pero que hace reír mucho.
Nuevamente, la dupla Eisenberg-Harrelson es lo más efectivo de la película. El "niño" nerd con el rudo viejo y anticuado nos regala las más ocurrentes situaciones y estupendos gags a lo largo de su metraje. Emma Stone y Abigail Breslin también ofrecen sus buenos momentos, pero quienes más protagonismo tienen son los dos primeros.
El hilo de la trama es algo difícil de delinear, ya que no se preocupa tanto porque esté bien claro. Más bien, parece un compendio de giros que hacen que la historia vaya de un lado al otro, al igual que la primera. De todos modos, aquí se hace algo más apresurada y repetitiva. La aparición de algunos personajes secundarios es tanto positiva como negativa, aunque inexorablemente necesaria para la trama.
Si intentamos observar la cinta de manera más intrínseca, nos encontraremos como problemas amorosos, con la necesidad de un hogar y familia, planteados de modo torpe y con sobre-explicaciones, pero vamos, es una comedia de zombies. Dame sangre y risas. Y de eso hay de sobra.
En síntesis, esta nueva entrega de Zombieland es para ir al cine a lanzar unas carcajadas, no solo por la película en sí, sino también por la nostalgia de la original. Funciona, pero no esperen mucho más. Y quédense para las geniales escena post-créditos.
Puntuación: 6,5/10
Manuel Otero