Sobrevivir en un mundo atestado de zombies no es sencillo, y menos aún lo es para una comedia en los tiempos que corren, plagados de zombies en las pantallas grandes, chicas y en cualquier dispositivo.
Zombieland: Tiro de graciaes la para muchos demorada, para otros innecesaria secuela del éxito de 2009. Trae a los mismos protagonistas y al mismo director, Ruben Fleischer, que ahora venía de realizar Venom, y trata más o menos sobre lo mismo. Es una sátira con personajes delineados de manual, por lo que el que no vio la película original enseguida lo entenderá todo: características, relaciones, deseos y caprichos de Columbus, Tallahassee, Wichita y Little Rock.
La irreverencia de 2009 no es la misma que la de 2019. Por de pronto, aquí el disparador es que las chicas, hermanas, disparan: deciden dejar la Casa Blanca, que es el hogar de los cuatro cuando empieza la película. Ambas, porque sienten que los hombres las tienen como posesión, Wichita (Emma Stone) no se banca el pedido de matrimonio, con anillo incluido, del obsesivo Columbus (Jesse Eisenberg), y Little Rock (la ya crecida Abigail Breslin, la niñita dePequeña Miss Sunshine) cree que el paternal Tallahassee (Woody Harrelson) no le deja desplegar sus alas.
Y a tono con la mirada de Hollywood, cuando los hombres salgan a buscarlas, los personajes más ricos con que se crucen serán femeninos. Madison, una clásica rubia tarada hecha un clisé, vegana y pavota (Zoey Deutch), de la que Columbus parece enamorarse, y Nevada (Rosario Dawson), quien regentea un negocio de memorabilia pegado a Graceland, la casa de Elvis Presley.
Porque si hay que desacralizar, a la Casa Blanca o al Rey, se lo hará. Lo mismo al neo hippie (Avan Jogia) del que se enamora Little Rock, que no quiere usar armas, y a una sociedad aislada por decisión propia, encerrada en sí misma, negacionista, que desea vivir en paz desconociendo el peligro que pueden afrontar si los comedores de cerebros, que han evolucionado, y se los denomina Hawking, Ninja, T 8000 (por Terminator) o bajan a la categoría de Homero, los alcanzan.
También se cruzan con un par de símil gemelos de Tallahassee y Columbus, en cuanto a su relación, interpretados por Luke Wilson y Thomas Middleditch.
Hay mucha sangre, cabezas y cuerpos destrozados, y el humor irreverente que se mantiene como marca de la ¿saga?, que tal vez termine aquí mismo. Porque el guión no ofrece nada nuevo y todo es como un largo pasatiempo.
A propósito, y para los fanáticos de la primera: hay un guiño a Bill Murray, que trabajaba en Zombieland. Y, por las dudas, no se levanten de sus butacas hasta que estén por terminar los títulos.