Extrañaba no saber cosas contigo. Crítica a ‘Zoolander 2’
15 años pasaron desde la primera aventura de Derek Zoolander y Hansel, y hoy como entonces, poco ha cambiado. Derek, quien por fin había entendido el poder de su mirada lo pierde todo y queda ridiculizado ante los medios, por lo cual decide exiliarse en una cabaña en la montaña, lejos de las cámaras y la opinión pública. Pero una trama de intrigas y venganza lo obliga a subirse de nuevo a la pasarela, a reencontrarse con su antiguo aliado Hansel y a su archienemigo Mugatu.
Lo que caracteriza a Zoolander 2 y a su predecesora es la gran cantidad de cameos que posee el film. Estos tienen una función meta que por la misma farsa pasa desapercibida, es decir, los actores se interpretan a sí mismos. Claro que no buscan realizar un retrato verídico, por lo contrario, se basan en los mitos generados en los medios. Es interesante pensar el film desde ese lugar, puesto que se descubre un universo muy vasto de creencias y supersticiones ligado al mundo del espectáculo. Es interesante ver cómo las celebridades asumen sus versiones ridículas. El efecto de este encuentro entre la ficción, la realidad, y el mito resulta un sabor negligente puesto que entorpece toda idea noble que pueda construirse en el film.
Al final, la película se erige como un todo vacío, como mero entretenimiento, no pretende sanear ningún sentimiento de realización o profundizar sobre alguna idea elevada como el amor, la paternidad o la amistad. Esto termina por traicionar al film, puesto que cuando el chiste o la referencia falla, el espectador no obtiene absolutamente nada.
No es sencillo empatizar con un protagonista estúpido, por lo que esa conección queda descartada. Por supuesto, que hay cierta especularización crítica de las tendencias culturales mundiales, lo cual propone sin desearlo demasiado una reflexión sobre los valores de felicidad, arte y belleza con los cuales se administra la sociedad. Pero al no haber una catarsis sobre esto, es decir un personaje que lo advierta o una situación que lo descubra, la carga del problema se invisibiliza más de lo que ya estaba.
Pero Zoolander 2 es divertida, supongo que a veces eso puede ser suficiente.