Sólo para admirar a una desatada Penélope Cruz
La verdad, la Zoolander original, era más tonta que buena. Bueno, esta "Zoolander 2" es el doble de tonta y la mitad de buena.
Lo que evidentemente no deja mucho. Igual que su antecesora, la nueva Zoolander delata su génesis de ser un subproducto descerebrado de un sketch televisivo, punto de partida que casi siempre implica comedias eventualmente más o menos divertidas, pero generalmente no muy coherentes ni fluidas narrativamente.
Justamente, el éxito de Zoolander surgió no de su estreno en los cines, sino cuando fue lanzada en DVD, dado que lógicamente la pantalla chica no requiere mucha atención y permite dejar pasar los chistes malos y el argumento caótico.
Pero aquí hay un solo gran aporte que por momentos logra darle algo de chispa al asunto: una divertidísima Penélope Cruz más guapa que nunca, y muy zarpada en cuanto al estilo de humor que agrega a esta tontería de niveles épicos.
El dúo dinámico ultrafashion compuesto por el también director Ben Stiller y Owen Wilson se ve involucrado en una investigación sobre crímenes seriales de celebrities, lo que permite un extraordinario cameo de Justin Bieber sacándose una selfie mientras agoniza. Luego hay mucho disparate visual y musical, pero lamentablemente hay más "miss" que "hit" en esta comedia boba y exageradamente ruidosa.
Ahora, lo cierto es que cada uno de los talentosos comediantes que integran el elenco tiene su momento en el que hace reír, pero dado el nivel de talento involucrado es lo mínimo que se podía pedir. Además es el tipo de película pequeña-pequeña a la que no le ayuda para nada una duración de 143 minutos, que salvo para los fans de estos modelos puede terminar pareciendo más larga que "Lawrence de Arabia".
En síntesis, para una función de DVD puede funcionar, moderadamente.