Mirada Mortal
Con una gran expectativa, la secuela de la historia de Derek Zoolander llegó a los cines y pasó desapercibida tras el rechazo del público que no supo ver en la continuidad de la saga las posibilidades narrativas que tanto el guión como la dirección de Ben Stiller le han impregnado.
“Zoolander 2” (USA, 2016) arranca con una vertiginosa escena en la que Justin Bieber muere tras ser acribillado por un misterioso asesino. Signo de los tiempos, el joven cantante fallece luego de subir la última foto a Instagram haciendo una mueca similar a la que Zoolander (Stiller) solía hacer en las pasarelas: la mirada mágnum.
Localizado por una suerte de CIA en la que la agente Valentina (Penelope Cruz) ejerce un rol principal, tanto él como Hansel (Owen Wilson) volverán a ser convocados a las grandes ligas de la moda por un nuevo diseñador que responde a Alexanya (una irreconocible Kristen Wiig), una suerte de musa simil Donatella Versace, y que los quiere en su pasarela.
Pero lo que no sabrán las dos ex estrellas de la moda es que un siniestro plan se urdirá detrás de los aparentemente inocentes planes de devolverles la fama, algo que ni siquiera Zoolander ve venir, y que para él, el regreso, significaría el poder recuperar a su hijo.
Así, entre pasarelas, una serie de participaciones secundarias de lujo (Kiefer Sutherland, Sting, Benedict Cumberbatch,etc.) y el mundo de la moda, que se pone al servicio de Stiller, Wilson y compañía, se construye una narración clásica, con muchos gags, y en la que predomina el misterio y el espionaje como vector de la historia.
Si no funcionó en la taquilla esta historia, es porque quizás, a diferencia de la primera entrega, en la ambición de construir un relato universal y mucho más sólido, se pierde cierta inocencia o ingenuidad que “Zoolander” tenía, pero independientemente de esto, la película puede entretener con los personajes que hace años hacen de las delicias de los fanáticos, que esconden en su origen, una crítica al frívolo, competitivo y despiadado mundo de la moda.