Zootopia tiene la particularidad de haber sido concebida como una buddy movie con un guión digno de un film-noir. Si bien el gen Disney se puede distinguir en la historia a través de la moralidad educativa y la clase de principios y valores que desprenden los diálogos de sus personajes, lo interesante es que el elemento de policial/thriller supera a la necesidad de redondear todo con una moraleja. El mensaje positivo es poco sutil, como siempre, pero el gran mérito de los guionistas es redondear un relato que sabe unir a la perfección la comedia con su naturaleza detectivesca repleta de giros inesperados que nos mantienen en vilo hasta el último minuto de metraje.
Los estudios del ratón más famoso de la industria cinematográfica parecen querer acortar distancias con el departamento de al lado de Pixar a paso ligero. No solo la historia es distinta (aunque sí, otra vez son animalitos simpáticos que hablan), sino que también la animación tiene una calidad técnica hipnotizadora con sus fluidos personajes y sus coloridos escenarios. Uno de los puntos más fuertes de la película recae en los personajes secundarios cuya gracia excede por momentos a los mismos protagonistas. El oso perezoso que se puede apreciar en el trailer tiene sin dudas la escena más celebrada de la película. Y también hay espacio para pequeños homenajes a otras cintas que mejor descubrir por cuenta propia.
Ni siquiera la forzada participación de una estrella del pop latino cantando en inglés como Shakira (al parecer funcionaría bien para atraer al público de habla hispana) es capaz de restarle mérito al producto final. Zootopia difícilmente se convierta en un fenómeno como otras películas animadas que sí lo lograron con notable menor merecimiento (¿alguien dijo Minions?), pero es sin dudas una pequeña joya del cine de animación.