El director de Blue Valentine: Una historia de amor filmó un melodrama insípido, estrictamente académico en su ejecución. Las lúcidas interpretaciones de Michael Fassbender y Alicia Vikander son el único atributo valioso de esta película moralista, dedicada a mortificar y juzgar el comportamiento poco ético de sus personajes. Basada en la novela homónima de M. L. Stedman, La luz entre los océanos transcurre en una remota aldea australiana en la que, tras finalizar la Primera Guerra Mundial, ha habido una escalada de xenofobia hacia los alemanes. El director utiliza el indefinido estrés post-traumático del personaje masculino, así como el fanatismo patriótico de los habitantes del pueblo costero, para conducir un relato predecible, plagado de tópicos y exento de riesgos, sobre un matrimonio que será castigado por sus faltas. Después de dirigir la irregular The Place Beyond the Pines, The Light Between Oceans muestra a un Cianfrance decido a abrazar la senda del convencionalismo.
Otra noche en el museo “¿Que sería de Francia sin el Louvre? ¿Y de Rusia sin el Hermitage?”, pregunta la persistente voz en off de Alexander Sokurov mientras nos guía por su nueva y laberíntica película, Francofonía, presentada en la sección oficial del Festival de Venecia 2015. Trece años después de rodar El arca rusa en el Hermitage de San Petersburgo, el cineasta ruso vuelve a mostrar las entrañas de un museo, concretamente el corazón del Louvre. En esta ocasión, el ganador del León de Oro por Fausto define este mausoleo del arte como un símbolo de la identidad francesa: su oda al país galo es ante todo una obra sobre la historia y el nacionalismo galo. Para ser más exactos, Francofonía deviene un ensayo sobre la relación entre el arte y el poder filmado a través de la alternancia entre dos de las mejores facetas de su director: la revisión (crítica) de un episodio histórico y sus fábulas de ensoñación. Se trata de una deslumbrante obra híbrida, que constantemente varía su lenguaje cinematográfico, saltando del género del documental sobre arte a una composición próxima al poema visual. Por otro lado, Sokurov no concentra su mirada en las colecciones exhibidas en el Louvre, como si ocurría en National Gallery. A diferencia del documental de Frederick Wiseman –autor que también presentó su nueva obra de no-ficción, In Jackson Heights, en Venecia–, Sokurov retrata este templo de la cultura sin distraerse demasiado en la filmación de pinturas o esculturas.
El amor que cura y destruye Una joya en stop-motion (nominada al Oscar al mejor largometraje animado) sobre la fuerza redentora y devastadora del amor, Anomalisa es el ansiado retorno a la dirección del estadounidense Charlie Kaufman, quien esta vez codirige el film con Duke Johnson. Esta película de animación tiene como protagonista a un hombre grisáceo llamado Michael Stone (a quien pone voz David Thewlis) que vive atrapado en la mundanidad que le rodea. La trama del film da comienzo dentro de un avión que transporta al antihéroe rumbo a Cincinnati. El propósito del viaje a Ohio no es reencontrarse con su ex-amante, sino presentar un libro sobre la optimización del rendimiento laboral en los servicios de atención al cliente; pues, aunque no lo parezca, este hombre deprimido es una celebridad en la literatura de autoayuda. Como si se tratara de una versión de animación de la última película de Hong Sang-soo, Right Now, Wrong Then, el protagonista aprovechará las horas previas para conocer a Lisa (Jennifer Jason Leigh), una mujer apocada e insegura en la que creerá encontrar el amor.