"Brightburn: Hijo de la oscuridad" es una película estadounidense de ciencia ficción y terror producida por James Gunn (Cineasta detrás de "Guardianes de la Galaxia") y dirigida por David Yarovesky; pero no nos dejemos engañar por la categoría ya que está lejos de dar miedo. Si alguien que ya vio la película nos cuenta la trama sabremos que se basa en un niño de otro mundo que aterriza en la Tierra y una familia lo resguarda y cria, pero ¿qué es lo primero que pensamos? ¿se trata de Superman? Bueno la respuesta es no. Brigthburn narra la historia de una pareja de Kansas que se da por vencida a la hora de tener un hijo pero que milagrosamente una noche un artefacto extraño cae en su terreno y encuentran dentro a un niño que convertirá en su hijo y lo llamaran Brandon Breyer (interpretado por Jackson A. Dunn). Sin embargo, sus sueños de ser una familia américana típica se verán opacados por el pequeño (fiel al estilo de "La Profecía") ya que lejos de ser un superhéroe es una antítesis del mismo y mata con sus rayos láser a todo ser que se le cruza. Si hablamos de las interpretaciones, son todas correctas pero ninguno llega a sobresalir en su totalidad ni siquiera el pequeño Brandon. Lo que no es un dato menor es como en estos últimos años los directores quieren caer en la historia del nene maldito que mata a todos, como por ejemplo "Hereditary" o "Maligno". Estás últimas películas junto a Brightburn son historias sencillas y terminan las tres de la misma manera: con un posible final abierto. Como ya vengo sosteniendo, "Brightburn: Hijo de la oscuridad", es una película sencilla y sin muchas vueltas. Quizás si sacaban algunos golpes de sonido, y los FX tuvieran una producción mayor estaríamos hablando de una historia distinta. Si sos fan del suspenso con toques gore y al mismo tiempo querés saber que hubiera sido de la vida de Superman en otro contexto (?) esta película es ideal e inaugura supuestamente un nuevo género que solo con el tiempo veremos si trasiende: horror de superhéroes. Keila Ayala
Si estás buscando la medida justa de acción, lucha y un poco de suspenso, esta película dirigida por Chad Stahelski es perfecta. Parabellum es la tercera de la saga de John Wick protagonizada por Keanu Reeves. Desde su primer entrega, las secuencias de acción han sido varias veces elogiadas por su coreografía y esta no es la excepción. Disfrutaremos desde tiroteos y peleas con katanas hasta persecuciones en caballo por NYC. Veremos a un John Wick que lejos de aburrir y decepcionar con peleas absurdas, nos dará escenas muy bien realizadas y balanceadas mientras se ofrece una millonaria recompensa por su cabeza. El personaje desde el primer film es magnífico e interpretado a la perfección con cero empatía, nada de ironía y manteniendo siempre una personalidad fría a la hora de defender lo que más ama. Aquí no hay excepción por más que ahora tenga que recurrir a Sofía (Halle Berry) para que lo ayude y así pelear juntos contra medio mundo. Prohibido olvidar a los pastores alemanes que no solo son letales sino que también sirven para recordarnos que el protagonista debe defender su vida luego de una serie de eventos que se sucedieron al ver como el perrito de wick era asesinado por un grupo de jóvenes mafiosos allá por la primer entrega. Continuando con nuestra "crítica", Parabellum, tiene una fotografía excelente que acompaña muy bien cada momento. La gran edición y los FX cumplen un rol fundamental y generan que cada escena tenga una continuidad casi perfecta evitando que se noten esos cinco años de diferencia entre la primera y la tercera de la saga, generando un hilo de continuidad que no marea al espectador. En general "John Wick 3: Parabellum" está a la altura cumpliendo con las mismas líneas que las anteriores y me atrevo a decir que junto con la primera son las más espectaculares. Es altamente recomendable si lo que buscas son 120 minutos de acción pura y no sos muy impresionable (Si, corre mucha sangre). Por Keila Ayala
Unos simpáticos y peculiares felpudos aterrizan en los cines con "UglyDolls: Extraordinariamente feos" para enseñarnos un par de lecciones valiosas. Los peluches perfectos llegan siempre a las manos de los chicos para generar un vínculo de juego y una empatía muy tierna y particular, pero cuando un muñeco viene fallado o es "feo" es enviado a UglyVille. Allí conviven felices junto a otros de su tipo y no soy muy conscientes de lo que realmente pasa afuera. Cuando Moxy (doblaje original de Kelly Clarkson) junto a Ox, UglyDog, LuckyBat, Wage y Babo cruzan la frontera de su mundo hacia el de los muñecos perfectos, iniciarán un largo camino donde no solo tendrán aventuras sino que también desilusiones que los ayudará a descubrir que lo más importante es lo que llevan dentro y no lo que los estándares de belleza quieren vender. Moxy (doblaje latino de Tini Stoessel) es la gran protagonista de la historia. Ella contagia sus ganas de seguir intentándolo a sus amigos y su deseo de poder pertenecer y no ser desechos por sus defectos. Su personaje debería ser también quien atrape al espectador, en cambio, lo que se consigue es en realidad que simplemente funcione como guía a nivel argumental y que su entusiasmo nunca traspase el límite de lo meramente funcional. Ya desde su concepción es un proyecto en el que se corren pocos riesgos. A pesar de ser una película llamativa, tiene una trama ya antes vista y con poca distinción . Desde el principio se nota que se va a buscar dar un mensaje para comentar que los juguetes protagonistas son feos pero que eso no es lo importante y que todos somos iguales. Lo curioso es que el enfoque de la historia sí defiende esa idea, que con ser noble de corazón acabarás consiguiendo lo que buscas por difícil que parezca, pero al ser una historia un poco cliché no logra tomar vuelo propio y termina por ser algo parecido a "Toy Story". "UglyDolls: Extraordinariamente feos" no tiene nada de extraordinaria, simplemente es una película correcta que apuesta a lo seguro en todo momento. Los muñecos no están en los extremos del supuesto mal gusto y tampoco logran destacarse. La musicalización si se puede llevar un punto extra y logra que los niños sostengan su atención. El film cumple con su cometido de entretener a los más peques y así todos van poder disfrutar un buen momento familiar. Por Keila Ayala
Toda familia es un mundo y "Regresa a mí" dirigida por Peter Hedges es un claro ejemplo de esto. Desde la primera escena ya nos sitúa en contexto y empezamos a conocer a los primeros personajes. Una familia ensamblada con Julia Roberts a la cabeza que en plena víspera navideña recibe una sorpresa inesperada, su hijo mayor Ben, interpretado por Lucas Hedges, llega a casa después de un tiempo. Luego de pasar una noche buena tranquila, se encuentran con un posible intento de robo en su casa, lo que deja a todos desconcertados. La hermana de Ben y su padrastro, quienes no están muy contentos con su arribo, relacionan lo sucedido directamente con él. Al revisar todo completamente se dan cuenta que no falta nada material pero se sorprenden al ver que se llevaron algo mucho más importante para la familia... Éste es el punto de partida del verdadero conflicto ya que Ben sabe perfectamente que para poder ayudar a sus seres queridos tiene que volver a enfrentar a personas de su pasado, lo que pone a sus familiares y principalmente a su madre, quien no lo dejara ni a sol ni sombra, en un tobogán de emociones. La película aborda el problema de las adicciones en los adolescentes y como la familia cumple un rol fundamental a la hora de ayudar a ese ser querido. A pesar de que la trama es interesante y cuenta con personajes muy bien interpretados hay varias escenas que se sienten de relleno y pueden llegar a aburrir al espectador. No por eso hay que dejar de verla, siempre vale la pena ver Julia Roberts en un nuevo personaje. Por Keila Ayala
Ambientada a fines del siglo XIX en el Reino Unido, esta película nos muestra a dos personajes unidos por la pasión a la literatura. Por un lado tenemos a William Minor (Sean Penn) un ex soldado del ejército norteamericano y también homicida, que está internado en un hospital psiquiátrico. Por el otro, pero no menos importante, está James Murray (Mel Gibson), encargado de coordinar la primera edición del Oxford English Dictionary. Gibson interpreta a un investigador y filósofo que luego de avanzar con semejante trabajo ingresa en un bucle mental que le impide finalizarlo, y a raíz de esto se empiezan a ramificar pequeñas historias tanto familiares como laborales que hacen que los personajes tengan distintos matices, fruto de unas excelentes interpretaciones de estos grandes actores. El film desde el primer momento presenta las dos realidades totalmente opuestas de los personajes: Minor luchando entre la locura y el amor por la viuda de su víctima, y Murray que está entre su familia, el equipo directivo de Oxford, y su nuevo compañero de letras. El intento por acercarnos el papel interpretado por Sean Penn estuvo bien logrado, y los contrastes entre ambos personajes y sus realidades son excelentes. La producción al mando de Mel Gibson no pudo ser mejor; a pesar de que esta cinta estaba tratando de ver la luz desde 1995. "Entre la razón y la locura" es una historia muy apasionante que pudo ser realizada a la perfección desde la fotografía, la ambientación y dirección. Llega a los cines este Jueves 9 de Mayo. Por Keila Ayala